Imaginaos que os levantáis de la cama sobre un suelo de hongos y todo lo que véis a vuestro alrededor está hecho de setas: las paredes, el techo, las tuberías, incluso los sistemas eléctricos. Y que al salir de casa, toda la ciudad fuese igual, con colegios, tiendas y hospitales construidos a partir de hongos vivos que crecen constantemente, mueren y se regeneran.
-- Bienvenido a Hongolandia, donde todo es paz y felicidad.
-- Oh, gracias, de verdad, todo parece muy bonito, y las personas con las que he tratado, bueno, todo amabilidad.
-- Así es.
-- ¿Es éste el único pueblo con casas que son hongos?
-- ¿Qué quiere decir?
-- Bueno, mire, antes de venir hice un poco de investigación y encontré que no muy lejos de aquí hay un pueblo llamado Setalandia, ¿lo conoce?
Se hizo un silencio incómodo...
#10
-- ¿No es genial --insistí-- que haya más de un pueblo empleando setas como material de construcción? Es el futuro, ¿no cree?
-- Aquí usamos hongos, no setas --su mirada era gélida--, ¿entiende?
-- Oh... ah, claro, claro, sí, hongos.
Dejó las llaves de mi habitación sobre el mostrador y se metió en una estancia interior tras una brevísima despedida, apenas murmurada entre dientes. Miré la escalera a la derecha, miré mi maleta, suspiré. ¿Había tocado un tema tabú?
Cogí la maleta y comencé a subir las escaleras. Antes de llegar al primer piso me encontré con un mozo que bajaba y que, al verme, se ofreció a llevarme la pesada carga, cosa a la que accedí. En cuanto alcanzó el rellano sonó una señal por los altavoces del hotel, le llamaban desde recepción urgentemente. Entonces se disculpó, se encogió de hombros y salió disparado hacia abajo.
Me quedé mirando el siguiente tramo de escaleras, ahora ya tenía una idea del esfuerzo que me esperaba a continuación. Mi inexistente prisa me permitía ocupar un par de minutos descansando y observando la decoración. Me dí cuenta de que había cámaras de seguridad colgando del techo. Me pregunté si me estarían observando en ese momento desde algún cuartucho lleno de monitores.
Comentarios
Hansel y Gretel lo están flipando sólo de pensarlo
#1 O han metido la mano en la caja de las setas y se las han comido
Setan pasando ya.
Piedras no...
#5 ayyyy
#8 ¿En serio?
Yo pensaba que estarían hasta lhongojones
Buenos días y feliz Martes de Carnaval, pese a todo.
Para imaginarme eso tengo que tomarme un par de hongos.
Que ilusión, como los pitufos.
#18 Calla, miope.
La casa de@DavidElNoHomo ya era así, pero se la va comiendo poco a poco.
#16 Tú sí que me vas a comer la seta...
#17 Es un perretxiko.
alergias?
Y si al final no te sirve de casa al menos te puedes hacer un salteado
En Madrid 800€ al mes por seta.
Solarpunk.
https://es.wikipedia.org/wiki/Solarpunk
podriame
-- Bienvenido a Hongolandia, donde todo es paz y felicidad.
-- Oh, gracias, de verdad, todo parece muy bonito, y las personas con las que he tratado, bueno, todo amabilidad.
-- Así es.
-- ¿Es éste el único pueblo con casas que son hongos?
-- ¿Qué quiere decir?
-- Bueno, mire, antes de venir hice un poco de investigación y encontré que no muy lejos de aquí hay un pueblo llamado Setalandia, ¿lo conoce?
Se hizo un silencio incómodo...
#10
-- ¿No es genial --insistí-- que haya más de un pueblo empleando setas como material de construcción? Es el futuro, ¿no cree?
-- Aquí usamos hongos, no setas --su mirada era gélida--, ¿entiende?
-- Oh... ah, claro, claro, sí, hongos.
Dejó las llaves de mi habitación sobre el mostrador y se metió en una estancia interior tras una brevísima despedida, apenas murmurada entre dientes. Miré la escalera a la derecha, miré mi maleta, suspiré. ¿Había tocado un tema tabú?
Cogí la maleta y comencé a subir las escaleras. Antes de llegar al primer piso me encontré con un mozo que bajaba y que, al verme, se ofreció a llevarme la pesada carga, cosa a la que accedí. En cuanto alcanzó el rellano sonó una señal por los altavoces del hotel, le llamaban desde recepción urgentemente. Entonces se disculpó, se encogió de hombros y salió disparado hacia abajo.
Me quedé mirando el siguiente tramo de escaleras, ahora ya tenía una idea del esfuerzo que me esperaba a continuación. Mi inexistente prisa me permitía ocupar un par de minutos descansando y observando la decoración. Me dí cuenta de que había cámaras de seguridad colgando del techo. Me pregunté si me estarían observando en ese momento desde algún cuartucho lleno de monitores.
La fiebre de exagerar un titular.