Hace 5 años | Por abelongi a lamarea.com
Publicado hace 5 años por abelongi a lamarea.com

“La puntilla a este proceso de desmantelamiento de los mínimos democráticos a escala global tiene nombre propio: los tratados comerciales”, reflexiona Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate. El círculo se cierra: la nueva oleada de tratados comerciales amputa definitivamente el poder de lo público, de las instituciones.

Comentarios

tiopio

Los tratados se pueden denunciar.

HomónimoAnónimo

#2 Todo se puede denunciar. Todo, otra cosa es el recorrido de esa denuncia.

D

El libre comercio trae prosperidad, las imposiciones contractuales sólo benefician a una parte

HomónimoAnónimo

#3 Si todos los agentes implicados partieran en todo momento de la misma capacidad económica y el consumo fuera racional así sería. Pero en la realidad no se dan ninguna de las dos premisas.

Una de las imposiciones contractuales es que una empresa se pueda poner al mismo nivel que un estado demicrático y exigir "compensación" económica por no tener los beneficios deseados.

En democracia la voluntad del pueblo soberano no se somete a los intereses privados.

Y todo esto sin analizar el impacto ambiental de querer comerciar sin límites en un sistema finito.

D

Efectivamente. A países como Cuba o Corea del norte, o a España en la época de autarquía con Franco, les ha ido de maravilla sin tratados comerciales, y han gozado de una envidiable salud democrática.

Ahora en serio. El comercio trae prosperidad, y la prosperidad democracia. O al menos así ha sido a lo largo de la historia. Todos los intentos de restringir el comercio han acabado en desastre económico, como EEUU durante la gran depresión o China desde el s.XV hasta finales del S. XX.