Hace 11 años | Por BCN85 a cultura.elpais.com
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En Auschwitz no había espacio para la poesía pero, sorprendentemente, sí lo hubo para la ornitología. Una de las historias más asombrosas de aquel lugar espantoso es la de la insólita empresa de documentar la población de pájaros del campo que llevó a cabo un naturalista miembro de las SS. Mientras los trenes llegaban, las cámaras de gas mataban y los hornos ardían, el naturalista y Obersturmführer (teniente) Günther Niethammer identificaba las aves del lugar y los alrededores con un celo científico que resultaría admirable