Hace 4 años | Por canutte a magnet.xataka.com
Publicado hace 4 años por canutte a magnet.xataka.com

Gran parte de la producción alimentaria a nivel mundial depende de la polinización y, por ende, del trabajo de las abejas. El cambio climático, el uso de pesticidas o la agricultura intensiva son algunos de los responsables de que la población de estos insectos esté en declive. Como no podía ser de otra forma, ha sido en Australia donde una población de abejas invadió durante casi un año el tejado de una vivienda en Queensland. Para cuando la propietaria se quiso dar cuenta, en su patio había más de 66.000 insectos y 50 kilos en panales.

Comentarios

alexwing

Pues la abejas son lo más light que te puedes encontrar en tu casa en Australia.

Tormen

Hace un par de días, hablando con un conocido que es bombero jubilado, me contó un caso parecido en el que intervino él.

Resulta que en un piso había una pared en la que salían unas manchas aceitosas. Habían pintado la pared un par de veces, pero al cabo del tiempo las manchas volvían a aparecer. Al final llamaron a un obrero para hacer un agujero en la pared y ver que era lo que causaba las manchas.

La pared daba a una medianera con una cámara de aire entre dos edificios. En cuanto el obrero pegó cuatro martillazos y abrió un hueco la habitación se llenó de abejas y tuvieron que salir corriendo del piso.

Llamaron a los bomberos y estos fueron con un par de apicultores. Al parecer en estos casos se intenta localizar a la abeja reina para meterla en una caja y el resto del enjambre la sigue. En este caso fue imposible. Había tantísimas abejas que al entrar en la habitación se les echaban encima y ni siquiera podían ver.

Finalmente no hubo más remedio que exterminar a las abejas. Al parecer tuvieron que pedir un permiso especial, ya que las abejas están protegidas. Una vez exterminadas había tantísimas abejas que las sacaron en sacos. El bombero dice que eran millones, que nunca más ha visto nada parecido.

Y lógicamente donde hay abejas hay miel, y esta vale dinero. Los apicultores se ofrecieron a pagar toda la obra necesaria para sacar los panales de la medianera a cambio de quedarse con la miel. Las abejas habían colonizado todo el hueco de la medianera del primer piso y parte del segundo así que hicieron un negocio redondo.