Hace 9 años | Por pablicius a liberation.fr
Publicado hace 9 años por pablicius a liberation.fr

Un edificio cualquiera, sin rótulos, en las afueras de San Petersburgo. Esta fábrica de trolls emplea a cientos de blogueros, que cobran entre entre 40 000 y 65 000 rublos al mes (entre 745 y 1200 euros). En una atmósfera impersonal y recelosa (reir está prohibido, y es susceptible de multa, el colegueo no es bienvenido) pasan doce horas, tanto de día como de noche, haciendo comentarios y alimentando las discusiones. Trabajan en equipos de tres, asumiendo roles e interpelándose entre ellos. Traducción completa en comentario 1

Comentarios

pablicius

TRADUCCION DEL ARTICULO

En Rusia, los trolls existen de verdad. Se trata de una multitud de cibersoldados al servicio del Kremlin, que se afanan como hormigas venenosas en la redes sociales y los foros rusos, pero también en las webs de la prensa extranjera como CNN o The Guardian. Su misión: mantener blogs e inundar las discusiones en línea de comentarios alabando a Vladimir Putin y su política, y denigrar a occidente.

«La jornada empieza a las 9 de la mañana. El más mínimo retraso es sancionado con multa », cuenta Marat, un empleado de 40 años que acaba de pasar dos meses incrustado con los trolls, de diciembre a febrero, en uno de sus cuarteles generales. Un edificio cualquiera, sin rótulos, en las afueras de San Petersburgo, registrado por las autoridades bajo el insípido nombre de Agencia de Investigación de Internet. Esta fábrica de trolls emplea a cientos de blogueros, que cobran entre entre 40 000 y 65 000 rublos al mes (entre 745 y 1 200 euros). En una atmósfera impersonal y recelosa (reir está prohibido, y es susceptible de multa, el colegueo no es bienvenido) pasan doce horas, tanto de día como de noche, haciendo comentarios y alimentando las discusiones sobre todos los temas que surgen en la actualidad rusa.

«El único criterio de selección es la rapidez de escritura. Tu cultura política no le interesa a nadie, siempre que hagas elogios de Rusia y critiques todo lo que sea occidental », recuerda Marat. Adscrito al departamento de foros regionales, tenía que tratar cuatro o cinco asuntos por día, siguiendo consignas muy estrictas: «Uso obligatorio de ciertas palabras clave en el título del post»,«uso obligatorio de imágenes o videos encontrados en YouTube sobre el tema del post »,«el post no puede tener menos de 700 caracteres en el turno de día, y menos de 1000 en el turno de noche ».
Por ejemplo, para la matanza de Charlie Hebdo, una de las tareas se formuló asi: expresar una visión negativa de los terroristas que dispararon a la gente en París, así como de las autoridades francesas que no dieron suficiente importancia a las amenazas terroristas. Luego una lista de “enlaces útiles”, siempre dirigidos a sitios pro-Kremlin, como Russia Today o Pravda.ru. Al final, la conclusión debe surgir de la «discusión» : las caricaturas del periódico satírico han provocado la indignación de los islamistas, y las autoridades francesas no hicieron nada para prevenir la tragedia. Palabras clave: UE, estado islámico, atentado terrorista. Lo importante es hacer subir los textos pro rusos en los motores de búsqueda.
Los trolls trabajan en equipos de tres. El primero, que hace de malo, lanza la discusión, finginendo tener una posición algo crítica, “para mayor credibilidad”, explica Marat. Los otros dos le corrigen, poniendo fotomontajes o caricaturas de gusto más que dudoso, a menudo xenófobos u homófobos, y enlaces hacia sitios pro-Kremlin. «De foro en foro, nuestro trío barre todo el país, de Kaliningrado a Vladivostok. Pero lo más absurdo es que en general nosotros somos los únicos tres activos en el foro, casi nunca hay nadie más participando en nuestras "discusiones"», no termina de asombrarse Marat, convencido de que ningún otro troll se molesta en leer lo que escriben sus colegas. En cualquier caso, cada post debe de ser original, nada de copia y pega. Incluso si nadie controla la calidad real. Es gracias a su carácter insolente y gratuito, desprovisto de argumentación lógica y con un estilo casi analfabeto, que se reconocen los mensajes escritos por trolls.

Otros departamentos de la agencia parecen practicar un trolling más sutil: cada empleado lleva varias cuentas de plataformas como LiveJournal, muy desarrollada en Rusia, con varias falsas identidades. Un ama de casa, un estudiante y un deportista en el caso de Lioudmila Savtchouk. Esta última ha hablado con los medios, como Marat, tras haber trabajado dos meses en la misma dirección. Estos blogs no son nunca puramente políticos. Con el propósito de borrar pistas, los posts sobre la perfidia americana y la superioridad rusa se alternan con recetas de cookies o recomendaciones de viaje. Hay departamentos enteros dedicados a la invasión de sitios extranjeros, sobre todo angloparlantes. Los salarios son más altos, y la selección algo más seria.

Aunque habla y escribe habitualmente inglés, Marat no pasó el examen. «Tenía que dar mi opinión sobre las opciones Hillary Clinton de ganar la presidencia de Estados Unidos. Intenté producir un análisis objetivo de la política americana, pero lo que pedían era básicamente explicar que Clinton está podrida igual que Obama. » Los enemigos, de los que está prohibido hablar bien, son Barack Obama, la UE y el gobierno de Kiev. Los temas obligatoriamente positivos son evidentemente Putin y su política (interior y exterior), y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.

La sensación de desarrollar tareas absurdas en un universo kafkiano acompañó a Marat durante toda su inmersión. Menos los jefes directos que venían a distribuir consigna, o a castigar, los superiores jerárquicos permanecían invisibles. «En las peores tradiciones de las grandes empresas, no se hacía nada por crear un ambiente de trabajo cordial», afirma. De ahí una gran rotación de personal. Marat asegura no haber aguantado más de dos meses porque «escribir mentiras todo el día te vuelve loco ». Gente como él, «que comprende realmente lo que pasa y lo que se hace », son una minoría. Otra minoría está muda por verdaderas convicciones. «Pero la mayoría de estos trolls vienen a ganar dinero y son conformistas absolutos. No se hacen preguntas, y lo que escriben no tiene ninguna importancia. Son sobre todos jóvenes de 20 a 25 años. »
El troleo no es una innovación. Las juventudes pro Putin son muy activas en la red desde 2010. Pero los métodos han evolucionado y las plantillas crecido, espcialmente desde la crisis de Ucrania. Es difícil decir si la agencia es la única fábrica de trolls o si hay otras. Tampoco hay pruebas tangibles de los vínculos entres estos establecimientos y el Kremlin, pero las investigaciones de medios rusos independientes, y diversas filtraciones de documentos apuntan a una administración presidencial.

pablicius

#3 Tienes razón. Debo confesar que cuando pusiste tu comentario quise auto descartar y ahora me doy cuenta de que algo hice mal porque sigue en pendientes. Los que han votado negativo tienen razón.

D

No inventa nada, no son tan cretivos, ya estaba inventado por "occidente". El caso más evidente es la hasbará israelí, pero vamos, que tenemos a paletadas, tanto gubernamentales como empresariales como de partido.

Es más todos estos artículos tienen pinta de contra-propaganda de la OTAN dentro de la campaña de macartismo desatado que están llevando los "medios libres", que por cierto tiene su propia división de troles y medios comprados.
El libro que acaba de publicar el periodista Udo Ulfkotte, con 17 años de experiencia en el prestigioso diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, revela la práctica extendida de los pagos a los medios alemanes por parte de EEUU y la OTAN para promover su agenda, y en apenas dos semanas se ha convertido en un éxito de ventas.
http://www.elmundo.es/television/2014/09/26/54252661e2704ee3778b4574.html

D

Si El Pp lo lleva haciendo 16 años solo en Diario de Mallorca, Ultima Hora etc

pablicius

Y ahora la gran pregunta: ¿cuantos de estos, o similares a estos, tenemos aquí en Meneame?

D

#2 muchos, y de ambos bandos, no lo dudes.

C

#2 ¿Quieres la lista completa? Mira los meneos de las noticias sobre Ucrania, y te harás una idea.

R

Pensaba que la fábrica de trolls era Inglaterra