Con el juego detenido y los equipos en los vestuarios, en un plano fijo del campo se colaron de fondo las siguientes palabras de una conversación de procedencia indeterminada: "No tenían que jugar que nunca. Tenían que prohibirlo. Estas feminazis que quieren la igualdad".
También hay que ser un poco gilipuertas, y llevo en el sector casi 9 años, hay que ser un idiota, ya no solo por soltar semejante cosa si no por no pensar que quizá es mala idea hablar más de la cuenta cuando tienes cámaras y micros por todos lados. Esto me recuerda a hace un año que estuvimos grabando a un artista con bastante reconocimiento, no una figura pública pero en su campo era muy conocido, un día deje al compañero con él mientras trabajaba y al día siguiente me pregunto “oye la cámara también cogía sonido cuando me grababais montando esto o lo otro” le dije que sí y me pidió que por favor en la edición no escucháramos el audio.
#3 bueno básicamente él y el cámara cogieron confianza, eran muchas horas de rodaje y al final se olvidaron que aunque no era una entrevista, ni conectábamos ningún micro, la cámara seguía registrando el sonido con el micro que tenía incorporado. Eran las típicas frases de bar de mala muerte, “esta política necesita un buen polvo” o “estos me tienen hasta los huevos”. Esto lo filtras a los medios o publicas los audios en redes sociales y quizá el artista no vuelve a trabajar, más cuando la obra que se estaba creando y nosotros registrando el proceso de creación era para una importante marca, donde el artista además cobraba muy bien, de hecho el vídeo fue encargado por el propio artista.
#6 y si tienes una cámara cerca; sea una dslr, una gopro o una cámara de broadcast, aunque no veas ningún micro yo recomiendo cerrar el pico. La mayoría de cámaras llevan micrófonos integrados. Hay que ser un poco absurdo no pararse a pensar si el audio sigue entrando. Que en este caso era tan fácil como mirar el display de la cámara. Y luego además el tema labiales, créeme que si dices “puta” aunque quites el audio se podrá entender, sobretodo sí tienes la cámara en frente de tus narices.
Comentarios
Está dupe
También hay que ser un poco gilipuertas, y llevo en el sector casi 9 años, hay que ser un idiota, ya no solo por soltar semejante cosa si no por no pensar que quizá es mala idea hablar más de la cuenta cuando tienes cámaras y micros por todos lados. Esto me recuerda a hace un año que estuvimos grabando a un artista con bastante reconocimiento, no una figura pública pero en su campo era muy conocido, un día deje al compañero con él mientras trabajaba y al día siguiente me pregunto “oye la cámara también cogía sonido cuando me grababais montando esto o lo otro” le dije que sí y me pidió que por favor en la edición no escucháramos el audio.
#2 ¿y qué había dicho?
#3 bueno básicamente él y el cámara cogieron confianza, eran muchas horas de rodaje y al final se olvidaron que aunque no era una entrevista, ni conectábamos ningún micro, la cámara seguía registrando el sonido con el micro que tenía incorporado. Eran las típicas frases de bar de mala muerte, “esta política necesita un buen polvo” o “estos me tienen hasta los huevos”. Esto lo filtras a los medios o publicas los audios en redes sociales y quizá el artista no vuelve a trabajar, más cuando la obra que se estaba creando y nosotros registrando el proceso de creación era para una importante marca, donde el artista además cobraba muy bien, de hecho el vídeo fue encargado por el propio artista.
#5 La frases de bar, solo se dicen en un bar porque es libertad
#6 y si tienes una cámara cerca; sea una dslr, una gopro o una cámara de broadcast, aunque no veas ningún micro yo recomiendo cerrar el pico. La mayoría de cámaras llevan micrófonos integrados. Hay que ser un poco absurdo no pararse a pensar si el audio sigue entrando. Que en este caso era tan fácil como mirar el display de la cámara. Y luego además el tema labiales, créeme que si dices “puta” aunque quites el audio se podrá entender, sobretodo sí tienes la cámara en frente de tus narices.
Esto de la desigualdad se nos ha ido de las manos