Hace 15 años | Por mezvan a astroseti.org
Publicado hace 15 años por mezvan a astroseti.org

Cuando niños estábamos fascinados por nuestras nuevas vidas fuera del útero. El aparentemente infinito mundo de nuevas formas, texturas, sabores, sonidos y olores estimulaban nuestro interés y nuestras mentes. Cuando adolescentes perdimos el interés por las normas. El mundo de nuestra infancia había empezado a aburrirnos; nos convertimos en buscadores de aventuras. Constantemente buscando las fronteras, aprendimos como subproducto de la curiosidad y nos esforzábamos en conocer nuestros límites. De alguna forma los científicos no son diferentes

Comentarios

s

Ana Obregón cuando está en la luna.