Puerto Rico sostiene hace semanas una acalorada discusión en torno a la prohibición de las llamadas “terapias de conversión o reparación” en menores de edad. El Proyecto 184 del Senado de Puerto Rico busca enmendar un total de cuatro artículos en dos leyes: la Ley de Salud Mental de Puerto Rico y Ley para la Seguridad, Bienestar y Protección de Menores.
Es terrible que algo así se haya practicado y que algunos psicólogos, psiquiatras o profesionales de la salud mental hayan participado en ello. Es demencial que algo que no es un problema trate de cambiarse. ¿No deberían cambiar los que sencillamente no aceptan que a alguien le guste otra persona de su mismo sexo? En fin, hace años, y espero que en este país ya no exista, se realizaban terapias que consistían, por ejemplo, en ver personas del mismo sexo desnudas o imaginar situaciones en las cuales una persona mantenía relaciones con alguien del mismo sexo para, a continuación, imaginar una situación desagradable que pudiera ocurrir después o aplicar estímulos aversivos como descargas eléctricas. Se buscaba condicionar negativamente la atracción hacia alguien del mismo sexo. Resultado de la terapia: una persona que le siguen gustando las personas del mismo sexo, pero esta vez con sentimientos de culpa o reprimido.
Comentarios
¡¡¿Siguen existiendo?!!
Madre del amor hermoso... hay lugares del mundo que no avanzan nada.
Llamar a las hormonas a menores terapia de conversión es pasarse un cacho...
Es terrible que algo así se haya practicado y que algunos psicólogos, psiquiatras o profesionales de la salud mental hayan participado en ello. Es demencial que algo que no es un problema trate de cambiarse. ¿No deberían cambiar los que sencillamente no aceptan que a alguien le guste otra persona de su mismo sexo? En fin, hace años, y espero que en este país ya no exista, se realizaban terapias que consistían, por ejemplo, en ver personas del mismo sexo desnudas o imaginar situaciones en las cuales una persona mantenía relaciones con alguien del mismo sexo para, a continuación, imaginar una situación desagradable que pudiera ocurrir después o aplicar estímulos aversivos como descargas eléctricas. Se buscaba condicionar negativamente la atracción hacia alguien del mismo sexo. Resultado de la terapia: una persona que le siguen gustando las personas del mismo sexo, pero esta vez con sentimientos de culpa o reprimido.