Al final pagamos los de siempre: los ciudadanos. Prensa deformada, sensacionalista y de menor calidad aún que antes. Pero claro, también tenemos parte de culpa: falta de interés y ausencia de quejas, aceptación de dichos modelos de TV y prensa escrita, etc.
A mí me gustaría que se diferenciara claramente lo que es noticia de lo que es opinión, y no entiendo (más bien me da tanto asco como terror) cómo la gente, sea de la inclinación política que sea, es capaz de vivir feliz en una burbuja donde sólo mira y lee lo que esté masticado con un filtro ideológico.
Y no sé yo si es peor Libertad Digital, que a todas luces no es información, que un diario más consagrado como El Mundo o una cadena como Antena 3, que las cuelan también solo que de forma más suave y sutil.
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Al final pagamos los de siempre: los ciudadanos. Prensa deformada, sensacionalista y de menor calidad aún que antes. Pero claro, también tenemos parte de culpa: falta de interés y ausencia de quejas, aceptación de dichos modelos de TV y prensa escrita, etc.
A mí me gustaría que se diferenciara claramente lo que es noticia de lo que es opinión, y no entiendo (más bien me da tanto asco como terror) cómo la gente, sea de la inclinación política que sea, es capaz de vivir feliz en una burbuja donde sólo mira y lee lo que esté masticado con un filtro ideológico.
Y no sé yo si es peor Libertad Digital, que a todas luces no es información, que un diario más consagrado como El Mundo o una cadena como Antena 3, que las cuelan también solo que de forma más suave y sutil.