Las historias falsas tienen una ventaja intrínseca frente a la verdad cuando se trata de unir a la gente. Si pretendemos evaluar la lealtad de grupo, hacer que la gente crea en un absurdo es una prueba mucho mejor que pedirle que crea la verdad.
Si un gran jefe dice «El Sol sale por el este y se pone por el oeste», no se requiere lealtad al jefe para ovacionarlo. Pero si el jefe dice «El Sol sale por el oeste y se pone por el este», solo los verdaderos leales batirán palmas.
De forma parecida, si todos los vecinos creen el mismo cuento extravagante, podemos contar con ellos para que estén unidos en tiempos de crisis. Si solo están dispuestos a creer hechos acreditados, ¿qué demuestra eso?
—Yuval N. Harari, 21 lecciones para el siglo XXI.
Comentarios
#0 Sí, es una versión de aquella otra: "Quien da la razón al que la tiene, ¿qué poder demuestra con ello? La injusticia es siempre una mejor demostración de poder."
La han atribuido a tanta gente que no me atrevo a poner el autor....
Supongo que por eso ha triunfado evolutivamente el sentimiento religioso, incluso cuando implica creencias que parecen perjudiciales y absurdas para la supervivencia individual. Las civilizaciones, grupos o tribus más religiosas se han visto favorecidas en tiempos de dificultades, guerras, hambrunas. Estaban más unidas, eran más leales a sus líderes, etc...