El remordimiento de conciencia es un mal que puede acompañar a un hombre, como la más pesada de las losas, durante toda su vida. Este es el caso del piloto pakistaní Qais Hussain, un joven oficial durante la guerra de 1965 entre India y Pakistán. Qais era un novato que había completado su preparación con los F-86F Sabre norteamericanos sólo cuatro meses antes de aquel día del 19 de septiembre. Pertenecía al Escuadrón 18 y era parte de un pequeño destacamento de pilotos con base en Mauripur (Pakistán), mientras que el resto de la escuadra....
Comentarios
A las guerras solo deberían de ir quienes las provocan, quienes las instigan y quienes sacan beneficio de ellas.
Al final la gente se da cuenta de que la guerra es una puta mierda y los que sufren son los soldados y los civiles que, ni pinchan ni cortan.
Como aquel americano que nosecuantos años después volvió a Vietnam para entregarle una foto de un enemigo al que mató a su hija.
Mientras existan las guerras no nos podemos llamar civilización...
Podemos estar seguros de que lo hace por él mismo, no por ella, ni por el fallecido (que ya no está en ningún lado).
No obstante, de algún modo se habrá redimido.
«Cuando aterrizó en una base aérea en Karachi, Hussain se sentía muy contento por haber completado la misión. Sin embargo, su estado de ánimo cambió radicalmente esa noche, cuando All India Radio anunció que el avión que había sido derribado era un avión civil de la India, con ocho personas a bordo.», pero ni siquiera pide perdón, ni se arrepiente: “No es una disculpa, es una condolencia. Hice lo que se me ordenó hacer en el cumplimiento del deber. Pero me siento triste por los civiles que se encontraban a bordo de ese avión. No debería haber ocurrido”.
¿Y como sabe quien era el piloto que derribo? ¿Escriben el nombre en la cola del avion? Y a la familia de los otros siete ocupantes ni una llamada telefónica.