Si sabemos con detalle la trayectoria vital de cada vaca que nos comemos, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con los periodistas cuyas opiniones nos tragamos a diario en las tertulias televisivas? Se llama “trazabilidad” al conjunto de procedimientos que permiten ir registrando la cadena de transformaciones de un producto desde su origen hasta que llega al consumo público.
"A Francisco Marhuenda le encanta repetir una y otra vez que la primera pregunta a la que debe responder un economista es “¿y esto cómo se paga?”. Seguramente tiene razón. Pero también es cierto que la primera pregunta que debe hacerse un espectador cuando oye a un contertulio opinar sobre política en televisión es “¿y a éste quién le paga?”
Bueno, bueno... para empezar, las etiquetas deberían describir el producto real que contiene el envase, sin publicidad engañosa. Porque llamar "periodista" a Edurne Uriarte sólo por ser tertuliana y tener un blog de opinión... no sé, es como llamar "vaca" a un burro sólo por tener cuatro patas y una cola.
En casa les llamamos gallineros. A cualquier hora cacareando, ponen "huevos" y nunca falta el aspirante a gallo. Sinceramente, preferimos los "amarillos", como llama el abuelo a Los Simpson.
Comentarios
"A Francisco Marhuenda le encanta repetir una y otra vez que la primera pregunta a la que debe responder un economista es “¿y esto cómo se paga?”. Seguramente tiene razón. Pero también es cierto que la primera pregunta que debe hacerse un espectador cuando oye a un contertulio opinar sobre política en televisión es “¿y a éste quién le paga?”
BRUTAL
#1
¿ Incluidos los contertulios de Podemos ?
#3 No podia faltar el jumento.
#3 El artículo se refiere a periodistas. ¿Usted a qué se refiere?
Bueno, bueno... para empezar, las etiquetas deberían describir el producto real que contiene el envase, sin publicidad engañosa. Porque llamar "periodista" a Edurne Uriarte sólo por ser tertuliana y tener un blog de opinión... no sé, es como llamar "vaca" a un burro sólo por tener cuatro patas y una cola.
En casa les llamamos gallineros. A cualquier hora cacareando, ponen "huevos" y nunca falta el aspirante a gallo. Sinceramente, preferimos los "amarillos", como llama el abuelo a Los Simpson.