El rey Juan Carlos I es un hombre bromista. Quienes lo han conocido en las distancias cortas, incluidos todos esos periodistas cortesanos que ahora se escandalizan cuando se conocen los escándalos que ellos silenciaron durante años, saben que lo de su campechanía es rigurosamente cierto y no una pose ante la plebe. El problema es que en este caso su broma, la penúltima por ahora, atañe a todos los españoles porque afecta a la propia estabilidad del Estado y a la imagen del país.
Comentarios
Mando este artículo de opinión porque no viene de un medio susceptible de ser tachado de izquierdoso o de antisistema, para que eso no distorsione el mensaje: No hace falta ser un antisistema para denunciar sus desmanes.
#1
Es suficiente con no ser un lameculos ni un chorizo.
#2 Pues en este país eso debe ser lo más costoso, porque, como dice el artículo, tenemos prensa cortesana que tolera y blanquea lo que ha hecho Juanito.
#3
Llevan así 50 años, no van a cambiar de la noche al día.
#4 Como decimos por aquí: poliki poliki (poco a poco, con calma)
#1 el problema es que a los que señalan estas "deficiencias estructurales" y otras de nuestra querida españa, enseguida se nos pone el san benito de "antisistema".
Igual que a Anguita le tildaban de loco por basicamente predecir las consecuencias de la entrada en el mercado comun, la Otan y el Euro.
Igual lo que hay que hacer es empezar a escuchar a los que dicen que hay cosas que estan muy mal. Aunque no sea agradable de oir.
Igual el "periodismo" de este pais ha dado(y sigue dando) ascopena.
Queda alguien que aun no vea hasta que punto estan comprados? Las felaciones por escrito al exmonarca no fueron bastante?
Muy buen envío!