El Pacto de Toledo lo inventaron PP y PSOE en 1995 para sacar el debate de las pensiones del debate político. Es decir, para limitar el daño que el bipartidismo podía hacerse entre sí politizando un colectivo que hoy suma cerca de 10 millones de Españoles...
Parece que hay quien quiere convertir el Pacto de Toledo en asunto electoral, así que tocará explicar alguna cosa. Abro hilo 😉
El Pacto de Toledo lo inventaron PP y PSOE en 1995 para sacar el debate de las pensiones del debate político. Es decir, para limitar el daño que el bipartidismo podía hacerse entre sí politizando un colectivo que hoy suma cerca de 10 millones de Españoles. Con ello se ha intentado hacer pasar una cuestión de fuerte contenido político por una cuestión eminentemente técnica. O lo que es lo mismo, disfrazar posiciones políticas, que son siempre objetables, de la autoridad técnica que nadie se atreva a poner en duda.
Y (sorpresa!) todas las recetas de las supuestas autoridades han insistido en lo mismo: aumentar la edad de jubilación, reducir las prestaciones, aumentar el computo de años trabajados para poder cobrar plenamente, desvincularlas del IPC... Es decir, empobrecer a los pensionistas.
Y el borrador del Pacto de Toledo de hoy más de lo mismo: jubilación por encima de los 67, dificultar la posibilidad de cobrar una pensión completa, abrir el espacio a los planes privados complementarios... Todo en pos de la sostenibilidad del sistema público de pensiones, claro. Una "sostenibilidad" que se sigue imputando exclusivamente a los asalariados y autónomos en vez de imputarla a los grandes tenedores de capital: grandes corporaciones, bancos y fondos de inversión cuyo alivio fiscal ha sido la principal prioridad de los gobiernos de España. De hecho, España está muy por debajo de la media europea en presión fiscal, 34,5% frente a más del 40%. Y no porque el IVA o el IRPF no estén armonizados con la UE, sino porque dejamos de cobrar miles de millones a los que realmente hacen negocio con nuestro país. En consecuencia, España gasta ahora mismo menos del 10% del PIB en pensiones, lejos del 16,5% de Francia, el 14,6% de Austria o el 13,5% de Dinamarca... Un completo contrasentido cuando ya es el país más envejecido de toda la UE.
Esos datos clarifican que el problema de la sostenibilidad de las pensiones no es un problema ni de que haya muchos pensionistas ni de que no se sacrifiquen lo suficiente. Sino de cual es la mejor estrategia para financiarlas.
Y aislar ese problema dentro la negociación opaca del Pacto de Toledo es bloquear las alternativas que permitan afrontar clara y democráticamente el problema, sustrayendo a la ciudadanía de un debate necesario y que ya está más que politizado. Es eso mismo lo que han manifestado TODAS las plataformas de pensionistas: que si el Pacto de Toledo insiste en precarizar al pensionista, crear inseguridad y abonar el terreno a que los bancos hagan el negocio con planes privados, entonces el Pacto de Toledo no sirve. Y eso mismo es lo que venimos diciendo desde hace muchos meses: que las pensiones no se precarizan y que a los pensionistas se les tiene que defender. Por eso lo de ayer... Y por eso la reacción de quienes prefieren que las pensiones sigan fuera de un debate político honesto.
Ya veremos si entran las pensiones en la campaña electoral. Normalmente todas las campaña se centran en tres temas que además suelen ser bastante irrelevantes y me temo que los media no permitirán que las pensiones entren en el debate.
Buen intento.
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Jaime Paulino Cuenca (@Jaime_Paulino_ )
Parece que hay quien quiere convertir el Pacto de Toledo en asunto electoral, así que tocará explicar alguna cosa. Abro hilo 😉
El Pacto de Toledo lo inventaron PP y PSOE en 1995 para sacar el debate de las pensiones del debate político. Es decir, para limitar el daño que el bipartidismo podía hacerse entre sí politizando un colectivo que hoy suma cerca de 10 millones de Españoles. Con ello se ha intentado hacer pasar una cuestión de fuerte contenido político por una cuestión eminentemente técnica. O lo que es lo mismo, disfrazar posiciones políticas, que son siempre objetables, de la autoridad técnica que nadie se atreva a poner en duda.
Y (sorpresa!) todas las recetas de las supuestas autoridades han insistido en lo mismo: aumentar la edad de jubilación, reducir las prestaciones, aumentar el computo de años trabajados para poder cobrar plenamente, desvincularlas del IPC... Es decir, empobrecer a los pensionistas.
Y el borrador del Pacto de Toledo de hoy más de lo mismo: jubilación por encima de los 67, dificultar la posibilidad de cobrar una pensión completa, abrir el espacio a los planes privados complementarios... Todo en pos de la sostenibilidad del sistema público de pensiones, claro. Una "sostenibilidad" que se sigue imputando exclusivamente a los asalariados y autónomos en vez de imputarla a los grandes tenedores de capital: grandes corporaciones, bancos y fondos de inversión cuyo alivio fiscal ha sido la principal prioridad de los gobiernos de España. De hecho, España está muy por debajo de la media europea en presión fiscal, 34,5% frente a más del 40%. Y no porque el IVA o el IRPF no estén armonizados con la UE, sino porque dejamos de cobrar miles de millones a los que realmente hacen negocio con nuestro país. En consecuencia, España gasta ahora mismo menos del 10% del PIB en pensiones, lejos del 16,5% de Francia, el 14,6% de Austria o el 13,5% de Dinamarca... Un completo contrasentido cuando ya es el país más envejecido de toda la UE.
Esos datos clarifican que el problema de la sostenibilidad de las pensiones no es un problema ni de que haya muchos pensionistas ni de que no se sacrifiquen lo suficiente. Sino de cual es la mejor estrategia para financiarlas.
Y aislar ese problema dentro la negociación opaca del Pacto de Toledo es bloquear las alternativas que permitan afrontar clara y democráticamente el problema, sustrayendo a la ciudadanía de un debate necesario y que ya está más que politizado. Es eso mismo lo que han manifestado TODAS las plataformas de pensionistas: que si el Pacto de Toledo insiste en precarizar al pensionista, crear inseguridad y abonar el terreno a que los bancos hagan el negocio con planes privados, entonces el Pacto de Toledo no sirve. Y eso mismo es lo que venimos diciendo desde hace muchos meses: que las pensiones no se precarizan y que a los pensionistas se les tiene que defender. Por eso lo de ayer... Y por eso la reacción de quienes prefieren que las pensiones sigan fuera de un debate político honesto.
Ya veremos si entran las pensiones en la campaña electoral. Normalmente todas las campaña se centran en tres temas que además suelen ser bastante irrelevantes y me temo que los media no permitirán que las pensiones entren en el debate.
Buen intento.
#1 Por supuesto que no van a entrar. La campaña electoral ya sabemos de qué va a tratar "Catalunya, Catalunya, Catalunya, Catalunya, Catalunya, Catalunya... ¿A que harta?"
"Catalunya, Catalunya, Catalunya, Catalunya, ...
publico.esNos quieren joder en diferido, en forma de simulación.