Si careces de poder y osas enfrentarte a él, eres violento; si lo posees o no poseyéndolo inclinas la cerviz, demócrata. En manos de asesinos están nuestros destinos. Lobos son los que vigilan nuestro aburrido y cadencioso balar en el redil mientras pastamos. Si alguno desentona... al matadero. Los jueces carneros se encargan de marcar con sus leyes el despiece de la res convertida en terrorista.