Moriche denunció que existe un "régimen del terror" en este medio de transporte, que enlaza Barcelona con el Baix Llobregat y el Besòs. También aseguró que algunos inspectores obtienen un sobresueldo con las multas que imponen y las indemnizaciones que consiguen al denunciar supuestas agresiones de los usuarios.
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Los revisores en el tram son una leyenda urbana