La reacción sobredimensionada de los gobiernos no hace sino aumentar la sensación de peligro y puede que la amenaza real. Nada peor que el miedo y el desconcierto para que el agresor se crezca...Cierre de fronteras, asaltos sin respetar lo más elemental, culpas indiscriminadas… récord de alzas bursátiles para las empresas de armas y políticos de mano dura que suben su cotización electoral.
La doctrina del shock consiste en pensar que cuando una reacción a una acción previa no nos gusta, presuponemos conspiración.
Por cierto, debido a la crisis más gente se ha sentido interesada por la política y por las alternativas al capitalismo. ¿Es es doctrina del shock? No claro, porque esa reacción es del gusto de la periodista, así que no sería doctrina del shock.
La doctrina del shock consiste en que a una población atemorizada se le pueden imponer medidas represivas o impopulares que de otro modo no aceptarían.
Y eso vale tanto para la izquierda (Venezuela) como para la derecha (Rajoy y sus recortes). En Venezuela todo se justifica porque el enemigo capitalista les jode. En España los recortes son duros, sí "pero peor estaríamos si no los aplicamos".
La crisis, las catástrofes naturales, la represión policial y las guerras son "shocks" que dan libertad de acción al gobierno. Por nuestro bien y por nuestra seguridad, por supuesto (o eso dicen).
El discurso en la ONU, en febrero de 2003, del político conservador Dominique De Villepin, un intelectual, escritor y poeta, ha entrado en los anales de la historia. Razonaba por qué era prioritaria la paz, desde “un país viejo, Francia, un viejo continente como el mío, Europa, que les dice hoy, que ha experimentado guerras, la ocupación y la barbarie”. Es el mismo país, un poco más viejo, el ahora liderado por dos socialistas, Françoise Hollande y Manuel Valls -funcionario el uno, político temprano con estudios de historia el otro- que han descubierto su pasión por la guerra. Aunque la venta de armas de Francia a contendientes del polvorín sirio y sus ideólogos aportara algún síntoma y, desde luego, de doble moral. Villepin, regresa con un artículo en Liberation donde titula y argumenta en detalle: " La guerra no nos hace más fuertes, nos hace vulnerables". "Responder con la fuerza [a Daesh] equivale a apagar fuego con un lanzallamas", destaca.
Comentarios
#0 Al leer la palabra descarga casi te arreo un negativo...
La doctrina del shock consiste en pensar que cuando una reacción a una acción previa no nos gusta, presuponemos conspiración.
Por cierto, debido a la crisis más gente se ha sentido interesada por la política y por las alternativas al capitalismo. ¿Es es doctrina del shock? No claro, porque esa reacción es del gusto de la periodista, así que no sería doctrina del shock.
#3 Tu a callar y vete al bunker, filofachista.
#3 Pues no. Ni idea tienes. Es que ni te acercas.
La doctrina del shock consiste en que a una población atemorizada se le pueden imponer medidas represivas o impopulares que de otro modo no aceptarían.
Y eso vale tanto para la izquierda (Venezuela) como para la derecha (Rajoy y sus recortes). En Venezuela todo se justifica porque el enemigo capitalista les jode. En España los recortes son duros, sí "pero peor estaríamos si no los aplicamos".
La crisis, las catástrofes naturales, la represión policial y las guerras son "shocks" que dan libertad de acción al gobierno. Por nuestro bien y por nuestra seguridad, por supuesto (o eso dicen).
El discurso en la ONU, en febrero de 2003, del político conservador Dominique De Villepin, un intelectual, escritor y poeta, ha entrado en los anales de la historia. Razonaba por qué era prioritaria la paz, desde “un país viejo, Francia, un viejo continente como el mío, Europa, que les dice hoy, que ha experimentado guerras, la ocupación y la barbarie”. Es el mismo país, un poco más viejo, el ahora liderado por dos socialistas, Françoise Hollande y Manuel Valls -funcionario el uno, político temprano con estudios de historia el otro- que han descubierto su pasión por la guerra. Aunque la venta de armas de Francia a contendientes del polvorín sirio y sus ideólogos aportara algún síntoma y, desde luego, de doble moral. Villepin, regresa con un artículo en Liberation donde titula y argumenta en detalle: " La guerra no nos hace más fuertes, nos hace vulnerables". "Responder con la fuerza [a Daesh] equivale a apagar fuego con un lanzallamas", destaca.
Que gracioso... Y se desarrolla pensando que todo el miedo se genera con bandera falsa y así se consigue un souflé consistente.
De los que se desinflan solos.
Después del fracaso de la Patriot Act en los lluesei,
se estrena en Europa en las mejores
salascámaras bajas.