Igual has tenido un día espantoso. Igual has discutido con algún amigo, tal vez el idiota del encargado te ha mandado hacer una tarea imposible a cinco minutos antes de salir de tu puesto. O simplemente puede que se ha abierto otra vez el agujero de tu alma que te enfrenta contra la realidad de las limitaciones vitales a las que nos avoca la supervivencia material contemporánea.
Comentarios
Me enternecen los canelones de mi madre, pero estos sombreros... pues no sé qué decirte
#1 ¡No tienes corazón!
¿Me pasas una fiambrera?