Hace 4 años | Por Danichaguito a nuevatribuna.es
Publicado hace 4 años por Danichaguito a nuevatribuna.es

Las relaciones entre el sistema económico y el sistema político,relaciones claramente de subordinación de la política a la economía,se han transformado profundamente en los últimos decenios desde la implantación indiscutida del neoliberalismo a nivel mundial. Posdemocracia es un nuevo sistema político donde nominalmente se apelan a los mecanismos formales de elecciones,turno partidista,y además el incremento del protagonismo de la política espectáculo y medios de comunicación,de la imposición de los mandatos de las grandes corporaciones económi

Comentarios

Sinfonico

Cuando se legisla en función de una supuesta economía, que no es tal, si no una casa de apuestas, no puede existir democracia.
Es un mundo sin sentido...

p3riko

#1 que esperabas, si la humanidad ha vivido mas tiempo en un mundo sin sentido que en democracia. todo lo bueno siempre acaba corrompiéndose por la naturaleza egoísta del hombre. para sobrevivir adaptate, se egoísta y prosperaras...

Sinfonico

#2 Hay una fina línea que separa la autoestima del egoísmo, la autoestima es indispensable, el egoísmo no.

oraculus_reloaded

No tendríamos que votar a los políticos, sino a los presidentes de los consejos de administración de las grandes compañías.

roybatty

Sensacionalismo, ombliguismo y derrotismo

- no había 'democracias bien establecidas' en Europa en el siglo 19.

- occidente no domina el mundo, no vivimos en un mundo neoliberal

- las condiciones para la democracia nunca fueron mejores, el acceso a la información es más libre que nunca y vivimos (en occidente) uno de los mayores periodos de prosperidad.

Danichaguito

#4 del artículo y enfrentado a lo que dices mira a ver si conoces esto que se describe o el autor (o tú ) vive en otro mundo:

"- Posdemocracia = Es un nuevo sistema político donde nominalmente se apelan a los mecanismos formales de elecciones, turno partidista, y además el incremento del protagonismo de la política espectáculo y los medios de comunicación, de la imposición de los mandatos de las grandes corporaciones económico-financieras globales, del declive de la soberanía de los Estados y de la imposibilidad de llevar a cabo políticas públicas eficaces para los problemas de la ciudadanía y del ataque mercantil a las bases de la ciudadanía social y los derechos laborales fordistas, a través de brutales reformas laborales continuas y cada vez más dañinas para los trabajadores, así como la destrucción de la negociación colectiva.
Todos estos fenómenos ensamblados unos con otros los puede constatar en la España actual cualquier ciudadano medianamente informado. Lo grave es que muchos sectores de la ciudadanía asumen esta realidad como algo incuestionable, a lo que contribuyen los grandes medios de comunicación. Resulta sorprendente que las víctimas voten a sus propios verdugos.

- Esta posdemocracia ha tendido a eliminar, lo que señalaba ya el informe de la Comisión Trilateral en 1973, el exceso de democracia participativa y distributiva en los diferentes espacios de convivencia de los Estados occidentales, desde el mundo de la política y de la empresa; el exceso de actores en la toma de decisiones (sindicatos, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, etc.) que generaba según este planteamiento desorden en el sistema político y el sistema económico, lo que significaba finalmente el pánico de las élites económicas al funcionamiento de la misma democracia. Por ello, se ha implantado una nueva gubernamentalidad, que supone una limitación de los derechos estrictamente parlamentarios, bloqueando los poderes de representación, la decisión de los movimientos sociales y cívicos (iniciados por los sindicatos).

- El pacto keynesiano a nivel macro del Estado y el reconocimiento empresarial de tal pacto, a nivel micro, han quedado liquidados y demuestra que el discurso de la financiariarización los ha convertido en algo políticamente utópico. Lo mismo ocurre con las prácticas tradicionales socialdemócratas sin espacio real ya de intervención al estar subordinadas , incluso a nivel constitucional (reforma del artículo 135 de nuestra Carta Magna), a una estricta ortodoxia presupuestaria, que supone subordinar cualquier práctica, pública o privada, de lo social a lo financiero.

- Las grandes instituciones de la posguerra, la OCDE, Banco Mundial, FMI, la UE han dejado de ser instrumentos modernizadores y financiadores de actividades empresariales para convertirse en implacables e inmisericordes guardianes de la ortodoxia financiera y la austeridad presupuestaria. Desde ese sacrosanto marco institucional desvinculado de cualquier preocupación por lo social, se ha impuesto un ideario del dominio del mercado, la competencia a todos los niveles, la culpabilización de los no competitivos, como si el cumplir esas órdenes del mercado total trajeran per se crecimiento y desarrollo a las naciones, así como talento y creatividad a las personas. Las razones auténticas de la desigualdad creciente e insultante quedan totalmente ocultas en este discurso neohobbesiano de todos contra todos.

- El discurso dominante de los últimos años no ha podido ser más paradójico, ya que mientras se defendían y ponían en práctica los duros discursos para todo lo público, de la austeridad, los recortes sociales, los despidos colectivos o la socialización de los costes de la deuda financiera privada se preconizaban desde el gerencialismo empresarial vistosos y virtuosos discursos sobre los valores de la empresa, coaching, el talento, la creatividad, la innovación, la confianza mutua, el surfear sobre la ola del riesgo, todo planteado como arrojo personal e imaginativo producto de un emprendimiento desinhibido, opuesto a la parálisis del burócrata y nos transmitía e imponía la idea de que todos en potencia éramos Amancios Ortegas y desde la aldea más recóndita, gracias a las nuevas tecnologías podíamos levantar auténticos imperios empresariales.
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roybatty

#5 a mí me parece una parrafada de churramerinismo que no hay por donde cogerlo.

Todos los argumentos que define de este 'nuevo sistema' han estado siempre presentes, y no hay ningún argumento sobre por qué lo están ahora más que antes.