Había una vez un pueblo de mil habitantes en el que vivían cinco panaderos.
Como el enfrentamiento entre los señoritos de arriba con los pobres de abajo se había convertido en insufrible, al llegar las elecciones, los panaderos presentaron su propia candidatura y obtuvieron mayoría absoluta. Cinco concejales.
De ese modo, con el ayuntamiento en sus manos, decidieron que algún modo tendría que haber de que la gente comprase más pan. Mil habitantes, mil bollos diarios de media, entre los que comían dos y los que no llegaban a uno. El mercado estaba estancado.
¿Qué se podía hacer para que la gente comiese más pan? Poca cosa. Publicitar un establecimiento era perjudicar a los otros y ellos querían actuar como gremio. Y la gente no quería comer más pan.
—Y entonces, a uno se le ocurrió la gran idea: ¿Y si nos trajésemos aquí a los pobres del pueblo de al lado? Cien pobres, por ejemplo. Un 10% de aumento de la población. Por solidaridad. Para que tengan una vida mejor. Lo que sea, pero cien pobres son cien bollos más cada día, ¿no?
—¡Pero son pobres! ¡Comen pan pero no tienen con qué pagarlo! —se quejó un colega.
—Pues creamos en el Ayuntamiento un fondo solidario para dar comer a los pobres. Nadie nos daría un duro para nosotros, pero sí para los pobres. ¿O somos monstruos? La gente del pueblo pagará el pan, y nosotros lo vendemos. Echa cuentas: el pan se paga entre mil, pero lo vendemos cinco. ¿O vas a escatimar lo que te toque pagar?
—¿Pero la casa y todo lo demás? ¿Y qué van a hacer? —insistió el colega.
—Déjate de chorradas. Lo nuestro es vender pan. Cien personas más, cien bollos diarios más que se venden. Lo de menos es quién los pague. ¿A ti que te importa quién los pague?
Y así se hizo.
Y así se sigue haciendo.
Porque lo que importa es que el consumo suba, para que el que vende, gane más. Quién pague lo que se consume es lo de menos. Alguno lo pagará. El caso es que se venda.
Comentarios
La cuestión es que capitalismo iba de capa caída, no remontaba, hasta que los capitalistas, muy liberales, eso siempre, decidieron meterse en política y arreglar las cosas.
#2 Tal cual...
¿No se les ocurrio dejar entrar a los pobres y ponerles a hacer el pan en condiciones de esclavitud, luego formar un partido que protestase porque los pobres les robaban el trabajo mientras gritaba tonterias muy fuerte para que no señalasen como culpables a los propios panaderos?
Que tontos, aqui si lo han hecho.
#1 Si, eso también, peor lo importante era quedarse con los pobres.
#5 no, no, si lo que te he dicho otras veces, que al menos en el fondo de Feindesland hay un marxista en potencia. Pero de los rancios, como yo.
Oye, que a mí no me tienes que convencer de lo que dices en este artículo, eso explicaselo a las a liberales esos del "capitalismo sin estado"
Vaya, vaya... la tasa de ganancia decreciente y la necesidad de aumentar la masa de consumidores... que marxista te nos vuelves, Feindesland
#4 ¿Quién te ha dicho que no lo haya sido siempre?
#12 goto #4
#10 Traerlos al pueblo y subvencionar a los panaderos.
De eso va el artículo, ¿no?
#11 no me ha gustado el artículo.
No entiendo el mensaje
Se te olvida explicar porqué existen esos 100 pobres y qué hacer con ellos. Si los matamos, es verdad que dejan de costar dinero.
#3 Veinte porque tuvieron muy mala suerte con el clima y las cosechas.
Veinte por problemas de salud física o mental.
Veinte porque son tontos y toman malas decisiones.
Veinte porque no quieren trabajar o trabajan mal.
Veinte por causas diversas.
¿Mejor así?
#6 y que hacemos con ellos? Que les den por culo? Unos por tontos y otros por mala suerte?