Hace 20 años muchos creían que Japón acabaría desbancando a los EUA del primer puesto económico del mundo antes del fin del siglo XX gracias a lo mismo que hoy se destaca de China. En 1990 18 de los 20 mayores bancos del mundo eran nipones, 10 años después sólo quedaban 3 en esa lista y en 2003 ya no había ninguno. Lo más grave de la crisis japonesa es su semejanza en algunos puntos con lo que está ocurriendo a nivel global y aprender de ella nos abre la posibilidad de no repetir errores en nuestro futuro similares a los cometidos por Japón.
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Y aún se le ha quedado en el tintero otro tema, que la baja tasa de paro no es que sea falsa pero oculta un serio problema de sub-empleo: hay muchos millones de trabajos, concentrados sobre todo en el pequeño comercio, la agricultura, la banca, el funcionariado y los servicios (sectores en la práctica vedados o casi vedados a la competencia exterior) muy poco productivos y bastante mal pagados...