De todas las regiones de la fachada atlántica, solo en Galicia y norte de Portugal los fuegos son un problema muy grave que irá a más. En los últimos días se ha hablado de incendiarios, terrorismo ambiental y cambio climático; pero esas explicaciones pueden resultar simplistas. Biólogos que llevan décadas estudiando los incendios del norte peninsular identifican las razones de esta oleada.
Dos nombres que no aparecen en el artículo y puede que también tengan culpa:
ENCE (Pasta de papel) de la que todos sabemos sus complicidades con el PP FINSA (Tablero) de la que también es conocida la amistad entre Feijoo y su director general (José Carballo, también presidente de la patronal de la madera y el mueble, Unemadera)
Esos dos nombres explican por que se va a seguir plantando eucaliptos y pinos en Galicia, hasta que todo sean cenizas.
Resumen:
Hay un despoblamiento muy acusado y un envejecimiento muy fuerte del medio rural. La utilización histórica del fuego junto con ese crack demográfico y económico ha desmadrado el problema”.
“Imaginemos que en vez de gastar el dinero en extinción se hubiera invertido en prevención y en el desarrollo sostenible de las zonas que tradicionalmente se queman. En darle un futuro económico, ambiental y demográfico a esas áreas.
González Prieto lamenta: “Si Galicia se caracteriza por algo, desgraciadamente, es por la carencia de ordenación y gestión del territorio. Esto, unido al abandono dramático del medio rural, es el caldo de cultivo idóneo para esta situación”.
La proliferación de plantaciones forestales de especies muy inflamables, como pinos y eucaliptos, sin duda favorece la rápida expansión de los incendios, sobre todo cuando se encuentran semiabandonadas y acumulan mucha cantidad de biomasa.
En diversos estudios de su grupo han comprobado cómo los bosques caducifolios nativos típicos de esta zona, dominados por robles, tienen un riesgo de incendio mucho menor que estas plantaciones, por lo que constituyen una defensa natural y barata frente a los incendios
“Un problema importante es que no se dan los incentivos adecuados para que un propietario evite el riesgo que supone utilizar especies con alto riesgo. El dueño de la parcela recibe los beneficios derivados de la alta productividad de estos árboles, pero no asume el enorme coste que causan los incendioss”, explica Calviño Cancela (bióloga del dept. de Ecología de la Universidad de Vigo).
En diversos estudios de su grupo han comprobado cómo los bosques caducifolios nativos típicos de esta zona, dominados por robles, tienen un riesgo de incendio mucho menor que estas plantaciones, por lo que constituyen una defensa natural y barata frente a los incendios. “Se vuelven a cometer los mismos errores: primar las plantaciones de especies productivas y muy combustibles, no intercalar áreas cortafuegos ni bosques refugios de biodiversidad, no proteger carreteras ni casas de la cercanía del fuego futuro”, reprocha Casal (Directora del grupo de investigación Ecología del Fuego en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que lleva más de cuarenta años estudiando los incendios en esta comunidad).
Una experiencia personal, y como tal significativa solo para mí.
En el año 2003 hice el camino de Santiago. Cuando llegué al monte del Gozo esperaba poder ver la catedral desde allí (se supone que el gozo, después de más de 700 kms. recorridos, era precisamente ese).
Sin ser creyente, pero sí gallego por parte materna, era uno de los momentos más esperados del camino. Y no pudo ser.
Un muro de eucaliptos impedía atisbar, al menos entonces, la catedral. Uno de los símbolos más importantes de Galicia tapados por un bosque de árboles que ni siquiera son de allí y que han demostrado, no solo en Galicia sino aún más trágicamente si cabe en Portugal, su tendencia homicida cuando se dejan fuera de control por puro interés económico. El dinero no sabe de símbolos ni de sentimientos.
Con una inversión de 1,2 millones de euros, se corregirán deficiencias como los problemas para divisar el santuario desde él debido a los cercanos eucaliptos de cuarenta metros cuya altura se plantea reducir.
Mi parte gallega se muere de vergüenza cuando veo que por mucho que pase el tiempo estas aberraciones se mantienen ahí.
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Dos nombres que no aparecen en el artículo y puede que también tengan culpa:
ENCE (Pasta de papel) de la que todos sabemos sus complicidades con el PP
FINSA (Tablero) de la que también es conocida la amistad entre Feijoo y su director general (José Carballo, también presidente de la patronal de la madera y el mueble, Unemadera)
Esos dos nombres explican por que se va a seguir plantando eucaliptos y pinos en Galicia, hasta que todo sean cenizas.
Resumen:
Hay un despoblamiento muy acusado y un envejecimiento muy fuerte del medio rural. La utilización histórica del fuego junto con ese crack demográfico y económico ha desmadrado el problema”.
“Imaginemos que en vez de gastar el dinero en extinción se hubiera invertido en prevención y en el desarrollo sostenible de las zonas que tradicionalmente se queman. En darle un futuro económico, ambiental y demográfico a esas áreas.
González Prieto lamenta: “Si Galicia se caracteriza por algo, desgraciadamente, es por la carencia de ordenación y gestión del territorio. Esto, unido al abandono dramático del medio rural, es el caldo de cultivo idóneo para esta situación”.
La proliferación de plantaciones forestales de especies muy inflamables, como pinos y eucaliptos, sin duda favorece la rápida expansión de los incendios, sobre todo cuando se encuentran semiabandonadas y acumulan mucha cantidad de biomasa.
En diversos estudios de su grupo han comprobado cómo los bosques caducifolios nativos típicos de esta zona, dominados por robles, tienen un riesgo de incendio mucho menor que estas plantaciones, por lo que constituyen una defensa natural y barata frente a los incendios
Como volviesen a plantar eucaliptos sería para enterrarlos a ellos
¡Prohibición del eucalipto (especie alóctona) ya!
“Un problema importante es que no se dan los incentivos adecuados para que un propietario evite el riesgo que supone utilizar especies con alto riesgo. El dueño de la parcela recibe los beneficios derivados de la alta productividad de estos árboles, pero no asume el enorme coste que causan los incendioss”, explica Calviño Cancela (bióloga del dept. de Ecología de la Universidad de Vigo).
En diversos estudios de su grupo han comprobado cómo los bosques caducifolios nativos típicos de esta zona, dominados por robles, tienen un riesgo de incendio mucho menor que estas plantaciones, por lo que constituyen una defensa natural y barata frente a los incendios. “Se vuelven a cometer los mismos errores: primar las plantaciones de especies productivas y muy combustibles, no intercalar áreas cortafuegos ni bosques refugios de biodiversidad, no proteger carreteras ni casas de la cercanía del fuego futuro”, reprocha Casal (Directora del grupo de investigación Ecología del Fuego en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que lleva más de cuarenta años estudiando los incendios en esta comunidad).
Una experiencia personal, y como tal significativa solo para mí.
En el año 2003 hice el camino de Santiago. Cuando llegué al monte del Gozo esperaba poder ver la catedral desde allí (se supone que el gozo, después de más de 700 kms. recorridos, era precisamente ese).
Sin ser creyente, pero sí gallego por parte materna, era uno de los momentos más esperados del camino. Y no pudo ser.
Un muro de eucaliptos impedía atisbar, al menos entonces, la catedral. Uno de los símbolos más importantes de Galicia tapados por un bosque de árboles que ni siquiera son de allí y que han demostrado, no solo en Galicia sino aún más trágicamente si cabe en Portugal, su tendencia homicida cuando se dejan fuera de control por puro interés económico. El dinero no sabe de símbolos ni de sentimientos.
#6 Veo con tristeza que el año pasado (14 años después de que yo pasase por allí) eso seguía ocurriendo:
http://www.abc.es/espana/galicia/abci-camino-santiago-monte-gozo-recupera-olvido-201602201202_noticia.html
Con una inversión de 1,2 millones de euros, se corregirán deficiencias como los problemas para divisar el santuario desde él debido a los cercanos eucaliptos de cuarenta metros cuya altura se plantea reducir.
Mi parte gallega se muere de vergüenza cuando veo que por mucho que pase el tiempo estas aberraciones se mantienen ahí.