Seis décadas después, la Iglesia vasca, la misma que un día tuvo los seminarios completos, los misioneros en cada rincón del planeta, empieza a reconocer que no lo hizo bien. Por ahora con la boca pequeña y a cuentagotas. Las víctimas del terrorismo se lo reprochan desde hace tiempo. Jamás comprendieron su equidistancia, su distancia y la frialdad que jamás esperaban de quienes estaban llamados a salvar almas y consolar y que optaron por callar, mirar hacia otro lado o incluso negar funerales.
Comentarios
Salvando las distancias en CAT pasa lo mismo con los lazos y los que procesan su fé a Puigdemont: y más que una religión es una secta.
#1 Toma. Tengo más si los necesitas.
#2 Hoy en día al hablar con independentistas, ves que no discutes sobre una opción política sino de una religión.
#1 Por distancias ¿te refieres a muertos?
El libro está sacado de contexto, no es lo mismo la España de 1968 que la ETA de 1968.
En aquella época lo que se dice Justicia pues como que no había mucha.
La iglesia siempre ha estado al lado del fiel, sea de un bando u otro.
#4 Pobres fieles. La que les ha caído encima.
Setién y Arzallus. Los mejores delanteros del 4 ½
#3 ...y un tal Blázquez.