(c&p) .- Vencer sin peligro, avisó el sabio, es ganar sin gloria, por eso hoy la gloria es de Álex, el niño valenciano que vivió sus nueve años haciéndole continuos quiebros a la muerte, partido de la risa, mientras jugaba a esconderse y, esperando el sobresalto, tomaba aliento para la próxima jugada.