Cada día entra a trabajar, con una puntualidad ciega, a las 10 de la mañana. Y ese ‘cada día’ se repite a sí mismo durante los 365 que tiene el año. 366, claro, si toca bisiesto. Su jornada laboral se desarrolla en la tienda de ultramarinos que regenta en el barrio madrileño de Prosperidad. Se llama Hai Xing, tiene 39 años, y es china pero también española. Y no sólo de nacionalidad. Y ahora verán por qué.
Por estas historias me revienta tanto que se hagan sin reparo comentarios de que en España sobran los inmigrantes,tipo "buenoo si seguro lo pasan mal pero que lo arregle su país" o que "aquí no cabemos todos".
Supongo que es porque la cabeza a veces nos hace pensar en las personas como números. Si en todo momento pudieramos asociarlas a historias como esta, no habría nadie que renegara de los inmigrantes, sino todo lo contrario, los admiraría por valientes (dejar a su hija tantos años para poder luego darle un mejor futuro es de un sacrificio y una valentía tremenda).
De los que hay que renegar es de los listillos y de los gilipollas, que además no se distinguen por nacionalidad y los tenemos por todos lados.
Comentarios
Por estas historias me revienta tanto que se hagan sin reparo comentarios de que en España sobran los inmigrantes,tipo "buenoo si seguro lo pasan mal pero que lo arregle su país" o que "aquí no cabemos todos".
Supongo que es porque la cabeza a veces nos hace pensar en las personas como números. Si en todo momento pudieramos asociarlas a historias como esta, no habría nadie que renegara de los inmigrantes, sino todo lo contrario, los admiraría por valientes (dejar a su hija tantos años para poder luego darle un mejor futuro es de un sacrificio y una valentía tremenda).
De los que hay que renegar es de los listillos y de los gilipollas, que además no se distinguen por nacionalidad y los tenemos por todos lados.