Publicado hace 2 años por me_joneo_pensando_en_ti a academiaeditorial.com

Por lo que se refiere a las Letras, la Universidad actual es, en España y en todo el mundo, y sin apenas excepción visible, un sofisticado simulacro de conocimientos sostenido por un inmenso aparato burocrático e ideológico, en cuya cúspide, académica y administrativa, suelen estar los mayores mediocres. Las agencias autodenominadas de acreditación y de evaluación, que en al menos en un caso han sido calificadas públicamente de fundaciones ilegales.

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me_joneo_pensando_en_ti

El principal enemigo de la investigación académica y científica es la burocracia universitaria y sus aliados: la endogamia y la prevaricación. Los burócratas son mayoría absoluta. Como lo son también los hijos de la endogamia. En cuanto a los prevaricadores, cada uno sabe quién es y lo que ha hecho. Como lo sabemos los demás, hasta que proceda decirlo allí donde corresponde: en los Tribunales de Justicia. Es difícil demostrar una prevaricación en el ámbito académico, pero no es imposible. Normalmente no se llega a los extremos de la demanda judicial porque basta esperar que los miembros de una comisión cambien para que, con los mismos criterios, el resultado de la solicitud ―con frecuencia también la misma― sea positivo. Fundamentalmente por esta razón la Justicia no suele ser solicitada por la mayor parte de los miembros de la comunidad académica, que esperan un cambio interno en la dirección del viento para conseguir sus propósitos y éxitos burocráticos.

Capítulo aparte merece todo lo relativo a la mala formación de una parte muy importante, muy considerable, del profesorado universitario actual, que, sin embargo, ve muy bien compensadas y recompensadas todas sus deficiencias investigadoras en el ejercicio, muchas veces discutible, en ocasiones nefasto, y nunca verificado, de su actividad burocrática y administrativa. Pero la cuestión de la mala formación del profesorado universitario es el mayor tabú del mundo académico. Ante esta cuestión no hay dios que se atreva ni a levantar la vista, cuanto menos a abrir la boca. De nuevo endogamia y prevaricación tienen mucho que ver con la deficiente formación de buena parte del profesorado. ¿Cuántos de los profesores universitarios españoles no son fruto de la endogamia? ¿Cuántos? ¿Cómo es posible haber estudiado la licenciatura en una Universidad, hacer el doctorado en la misma Universidad, publicar la tesis doctoral en el servicio de publicaciones de la misma Universidad (y con frecuencia no volver a publicar sino un opúsculo), hacer la oposición a profesor interino en la misma Universidad, hacer la oposición a profesor titular en la misma Universidad, hacer la oposición a cátedra en la misma Universidad, ser emérito en la misma Universidad, jubilarse en la misma Universidad y, en fin, hacerlo todo, y lo mismo, y una y otra vez, en la misma Universidad? …Y que no se le caiga la cara de vergüenza al colega. En cualquier universidad anglosajona una trayectoria académica de tales características es, de por sí, imposible, por Ley. Y ante un sistema académico no español algo semejante es un demérito absoluto y una desacreditación superlativa. Es, en realidad, una impostura. Sin embargo, en más de 30 años de Democracia nadie ha hecho jamás el mínimo esfuerzo por erradicar la endogamia de la universidad española. Todo lo contrario: todos los políticos y los gestores universitarios han contribuido sin excepción a hacerla más consistente, menos impúdica y muchísimo más sofisticada.

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hacia la hemofilia!

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En la ley de reforma universitaria de Rubalcaba se hizo un tímido intento de fomentar la movilidad exigiendo un año de estancia fuera para poder entrar en la carrera académica, pero como siempre, hecha la ley, hecha la trampa, y hubo muchos casos de gente que se iba al departamento de algún colega de otra universidad para cumplir el trámite. Nunca se ha obligado a salir al extranjero, y menos a rendir cuentas de las estancias. Si acaso, se han relajado las condiciones de los tribunales de tesis y de oposiciones, por criterios quizá económicos que han dado como resultado la estandarización de la endogamia como nunca antes se había hecho. En un tiempo se decía que para pasar una oposición sólo había que saber contar hasta 3, porque con esa mayoría ya te aprobaba un tribunal de 5. Ahora cualquier director de tesis conoce a 3 miembros de otra universidad que pueden juzgar una tesis. Queda al universitario vocacional (si existe) intentar buscar fortuna fuera de la tramoya nacional, pero en ninguna parte atan los perros con longanizas...