El Club de los Viernes aspiraba a convertirse en el think tank de referencia del liberalismo en España aunque en la práctica ha derivado en una plataforma de difusión de ideas y estrategias de guerra cultural de extrema derecha, en ocasiones sin hacerle ascos a la propagación de bulos, y mucho más cercano a las tácticas de la alt right trumpista de EEUU que a cualquier tradición liberal europea. Uno de sus principales dirigentes asturianos en el inicio de su andadura, Ignacio Blanco, se sienta hoy en la Junta General como portavoz de Vox.
Comentarios
Viendo la foto que acompaña a la noticia creo que no se puede ser más gilipollas.
#2 O que son el club de fans de Tip y Coll.
#4 Joder, me acabas de teletransportar a mi infancia con esa referencia 😂 😂 😂
#2 a mi me parece sacada de algún sketch de los Monty Python.
Representación feaciente de la mayoría de los autoproclamados liberales en España.
Supongo que habrá algún liberal de verdad por suelo patrio, debe estar tirándose de los pelos.
#6 #3 conozco a dos personas de pensamientos liberales con los que me gusta discutir por cómo razonan las cosas, y te aseguro que se tiran de los pelos al escuchar a ciertos personajes hablar.
#8 Joder, te diría que me los presentes, porque yo sólo encuentro de esto:
#3 Alguno he conocido y si, se tiran de los pelos bastante.
El Tea Party asturiano
#1 ¿existe en España algún tipo de liberalismo que no sea de corte fascista?
Toda esta gentuza se alinea sin fisuras con conceptos absolutamente anti-liberales como la monarquía, las intervenciones imperialistas en naciones soberanas (recordemos la euforia de Rallo en los días del golpe de Estado en la Bolivia de Evo) o los intereses de oligopolios estatales o globales, nada más alejado de los ideales de libre competencia y elección que cacarean de vez en cuando.
Pues era un grupo humorístico muy bueno. Grandes payasos.
El liberalismo en España no existe, los autoproclamados liberales no son más que lacayos de una élite local que, junto con el deseo de desregular sus negocietes, arrastran un montón de filias conservadoras, ultras e incluso estatistas cuando les conviene. Un engendro ridículo.