Hace 6 años | Por Quinqui a revistagq.com
Publicado hace 6 años por Quinqui a revistagq.com

Hay mucho más que los incendiarios, pirómanos o terroristas: hay un monte desordenado, sin una política forestal efectiva.

Comentarios

e

#1 es un problema bastante complejo para simplificarlo.
Esta todo politizado y judicializado

Año 2005, PSOE y BNG llegaron al poder con el objetivo de dar aire fresco a la política gallega.

Año 2006 Agosto - Dos semanas en el infierno
Se quemaron un total de 95.947,38 hectáreas forestales. Solo el 10 de agosto, el día con mayor número de siniestros activos, se contabilizaron 281 incendios.
https://es.wikipedia.org/wiki/Incendios_forestales_de_Galicia_de_2006

Cuando Feijóo se hizo la foto con una manguera para criticar al PSOE y BNG
http://www.publico.es/politica/feijoo-hizo-foto-manguera-criticar.html

tul

#1 te has ganado un paseo en yate con el duo dinamico lol

mazikeen

Pues a seguir votando al PP

D

Pero no estáis cansados de votar siempre a los mismos.

Shotokax

Cuando gana el PP en Galicia siempre digo: "¡Outra máis!".

Omóplato

Habrá quién venga a contarnos que en las atribuciones de las FSE que se desplazaron a Barcelona, no está la de ayudar a extinguir incendios o a colaborar en ésta.
No, eso es atribución de población octagenaria en los pueblos y del resto de la población sin medios y sin preparación física alguna (en la mayor parte).

Muchas gracias al Estado, siempre está ahí cuando se le necesita.

D

#7 Creo que tendríamos que haber dicho que los fuegos los habían provocado independentistas para separar Galicia de España, igual así nos ayudaban...

NubisMusic

Incendios en Galicia. El negocio del fuego y el pacto del silencio.

Como siempre digo la realidad es compleja y las razones de por que arde el monte son también multifactoriales.

La Xunta ha privatizado hace años los servicios de extinción de incendios, eso hace que unas pocas empresas dependan de que haya fuego para que el negocio sea sostenible.
Galicia, la única comunidad que tiene privatizados los servicios de extincion de incendios, a través de consorcios provinciales que financian a la mitad la Xunta y cada una de las cuatro diputaciones. Tres empresas se reparten el pastel económico: Matinsa, una filial de Fomento de Construcciones y Contratas, Veycar y Seganosa (fuente: el diario.es)
Uno de los contratos aprobados en 2016 por la Xunta de Galicia para servicio de helicópteros y brigadas helitransportadas abarca los años 2016, 2017 y 2018 alcanza un total de más de 36,6 millones de euros, pero en realidad existen variables que pueden elevar ese importe al ser necesario dedicar más medios terrestres y aéreos a la extinción, además de otros contratos que refuerzan el servicio hasta rondar los 100 millones de euros anuales. El coste de un helicóptero por hora es desde los 2.800 euros de un Sokol a los 6.000 por un Kamov. El precio por hora de una brigada de extinción helitransportada es de 268,44 euros (datos fuente: Vigo-E Antonino García)
Según esas cifras un incendio puede dar unos beneficios de 50.000 euros por hora. Para que os hagáis una idea, solo un hidroavión sale en 30.000€ la hora.
Pero se sigue apostando por políticas que priman los medios para apagar el fuego, sobre los medios que se ponen para limpieza de montes, cortafuegos, brigadistas durante todo el año encargados del cuidado del monte o programas de desarrollo para el rural.
Se paga por apagar el fuego, no por prevenirlo, no por cuidar la naturaleza.

Otras razones son estructurales, por ejemplo, las comunidades de montes buscan un tipo de explotación intensiva del bosque, lo que les hace plantar especies de rapidísimo crecimiento pero que arden con una gran facilidad, como el eucaliptus o el pino en lugar de repoblar especies autóctonas como el carballo o el castaño de mucha mas difícil combustión. Maderas más nobles pero que tardan mucho más en crecer.
El hecho se agrava si pensamos que especies como el eucaliptus arrasan el suelo. En Australia y otros países son usados para desecar zonas pantanosas, con eso os podéis imaginar lo que hacen a los acuíferos.

La despoblación derivada de la incapacidad de generar una economía sostenible en el rural y alrededor de la naturaleza y del amor por mantenerla. Una despoblación causada por falta de apoyo institucional, falta de servicios, colegios o centros de salud en el rural y por políticas que empujan a las poblaciones a concentrarse en las ciudades.
El abandono tiene entre otras consecuencias el crecimiento de vegetación arbustiva que facilita la transmisión del fuego.

Otras razones son puramente antropológicas o de idiosincrasia: venganzas personales, odios y rencillas familiares. El fuego como arma contra el vecino.
La gente no habla y el fuego crea un poderoso vinculo de silencio y miedo entre la población.
Miedo a las represalias, miedo a tener que declarar en un juicio y no poder probarlo, miedo a que si hablas el próximo incendio afecte a tus propiedades.

En la ría de Pontevedra hay una famosa empresa llamada ENCE, privatizada por el gobierno de Aznar. Es una empresa de producción de biomasa disfrazada de productora de celulosa a la que la Xunta de Galicia prolongó la concesión de explotación que finalizaba el año pasado por otros 60 años cuando creían que iban a perder las pasadas elecciones.
Los principales inversores y directivos de esa empresa son Isabel Tocino, exministra de Medio Ambiente con Aznar que renovó su contrato en 2016 por otros tres años como consejera. Tambien son consejeros José Carlos del Álamo, ex consejero de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia entre 1997 y 2003 y Pascual Fernández, consejero dominical a propuesta de ‘Los Albertos y que fue uno de los grandes valedores de Tocino en el PP (fuente eldiario.es)
ENCE es un monstruo que devora toneladas de eucaliptus cada día. Plantar eucaliptus es como plantar latas de gasolina en el bosque, es una de las especies que más rápido y con mas virulencia arden.

La reforma de la ley de montes supuso otro desastre más. Un monte quemado puede ser recalificado a urbanizable cosa que con la antigua ley no se podía hacer. Si se quiere construir una urbanización en un entorno protegido ya se sabe lo que hay que hacer. Después teniendo los amigos adecuados se recalifica el terreno y a construir.

Como decía al principio la realidad es más compleja, esas solo son algunas de las razones por las que arde el monte, o mejor dicho por las que lo queman.
Tono Carbajo.
#Ardegalicia #QueimanGalicia

D

Y lo que nos queda de seguir repitiéndolo...

D

No podemos hacer nada, al nunca máis se replica con el mais que nunca y entre ellos se anulan.

e

#5 podemos explicar algunas cosas y aportar soluciones:

En Galicia, como todo el mundo sabe, se dan buena parte de los incendios foresstales de todo el Estado (el 53%, seguidas de las limítrofes León, Zamora y Asturias, juntas explican el 70% de ellos.

Normalmente se arguye diciendo que Galicia arde por su enorme masa forestal, pero la cuestión es que hay muchos municipios en los que ya no quedan árboles (los que sobreviven al paso de las llamas por estar en las márgenes de cursos de agua).

En Google Maps podemos ver ourense y el Concello de Cualedro y verificar que toda la zona que abarca los concellos de Oímbra, Cualedro, Baltar, Calvos de Randín, y algunas freguesías del otro lado de la raia…es el infierno, la devastación absoluta.

¿Qué es lo que arde? ¿Viciosos bosques de robles milenarios con los que la imaginación mesetaria se figura que está cubierta Galicia? No, arden los toxos y las xestas, el monte bajo que ha salido tras el último incendio. La concatenación de incendios no permite que medre vegetación de mayor porte. Toda esa zona, Cualedro, Baltar…es un erial, vayas por donde vayas sólo ves retamas saliendo de los restos calcinados del último incendio.

Tras décadas sufriendo incendio tras incendio, toda esa zona de la raia seca es, sin lugar a dudas, el lugar más horrendo. Si aunque pueda parecer increíble en Galicia, hay zonas en riesgo de desertificación, toda vez que la concatenación de incendios han despojado al suelo de su fracción orgánica, dejándolo reducido al esqueleto, las piedras. En concreto, Cualedro, lleva ardiendo verano tras verano un día tras otro, (41 incendios en lo que va de año en el Concello de Cualedro, 14 de ellos sólo en la misma aldea, creo que debería ser razón suficiente para pensar que algo extraño pasa allí).

Ahora vamos a ver lo que nos cuenta la prensa: de un incendio en el culo del mundo con 46,11% de paro:

[…] Para controlar este fuego, han sido desplazados un técnico, nueve agentes forestales, 20 brigadas, 13 motobombas, dos palas, seis helicópteros y nueve aviones. También han acudido miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

La consellería detalló también el operativo empleado: 3 técnicos, 49 agentes forestales, 108 brigadas, 47 motobombas, 8 palas, 11 helicópteros y 9 aviones.

Ahora, echad cuentas.

Cada hora de vuelo de los helis sale por un kilo (6.000€ para los que seáis más peques), los hidros por 4.000€, 230€ por brigada. El fuego ya estaba activo (se ve desde media provincia) a eso de las 9:00 y al caer la noche seguía ardiendo.

Y todo, para apagar un fuego en una zona sin ningún valor ecológico, paisajístico o de ninguna otra clase, paisaje lunar con aldeuchas despobladas que, todas juntas, no valen ni lo que una motobomba (ayer ardieron dos, por suerte no hubo víctimas mortales).

Y yo me pregunto, y avanzo por fin a mi conclusión final ¿por qué el Estado (vía Ministerio de Defensa), y sobre todo los presupuestos gallegos, tienen que cargar con unos presupuestos de extinción, cuando la mayor parte de los incendios son provocados por los lugareños y concentrados en unos concellos muy concretos? ¿Por qué un ciudadano de la Galicia urbana, la que genera riqueza, tiene que ver lastrados los presupuestos, detraídas de otras partidas que pudieran impulsar el crecimiento.

Galicia gasta cada año en torno a 100 millones de euros en extinción. Cataluña, con una extensión semejante y también bastante incidencia de incendios, gasta en esta partida sobre la cuarta parte. En Aragón, la octava parte; en Extremadura, un tercio; la descomunal Andalucía, la quinta parte.

LA PROPUESTA
los gastos de extinción de los incendios se carguen al concello en cuestión. En vez de premiar a los concellos incendiarios con más inversiones y puestos de trabajo, castigarlos pagando la extinción de los fuegos que sus mismos vecinos provocan. La inveterada política del palo y la zanahoria, o más técnicamente, de promover comportamientos deseables, premiando a aquellos concellos que sepan proteger sus valores naturales y castigando aquellos habitados por energúmenos

Entiendo que todo ayuntamiento puede sufrir un incendio, pero si ése es esporádico, simplemente la factura de su extinción será un bache presupuestario que se podrá repartir en los presupuestos de varios años, vía financiación. Ahora bien, en aquellos concellos en que los incendios son recurrentes, el entretenimiento de todos los veranos, verán cómo el dinero para otras partidas disminuye para atender a la afición incendiaria de sus vecinos. Democracia es responsabilizarse de las propias decisiones colectivas y asumir las consecuencias.

D

#12 En Yellowstone consiguieron durante muchos años minimizar los daños por los incendios por eso cuando surgió uno que tuvo las mejores condiciones, el famoso 30-30-30, no consiguieron apagarlo de ninguna forma y se convirtió en un infierno devastador. Prácticamente estoy copiando la idea de Fahrenheit 451 y que los bomberos se dediquen a plantar fuegos de zonas proclives a tenerlos descontrolados, que se talen eucaliptos enormes, que nuestros montes vuelvan a ser umbríos con especies de mucha sombra que limiten el crecimiento de sotobosque, que se dejen tocones y madera podrida para setas y vacalouras...

D

Nunca mais...PP mediante.