Un intrépido fotógrafo ha logrado capturar la aciaga instantánea sobre estas líneas: trátase de la primera víctima de las vacaciones veraniegas de Javier Marías. Según parece, el hecho se produjo cuando el citado académico, ataviado cual pastorcillo, comenzó a recitar sus obras en alta voz cerca de la campiña madrileña.
Comentarios
Pues a mi no me ha hecho ni gota de gracia.
Decir tonterías sobre un escritor no es hablar de literatura. La categoría está equivocada.
Pues a mí me ha hecho gracia, no me lo esperaba
Veo que el tal Marías tiene muy bien amaestrados a sus fieles seguidores.