Publicado hace 6 años por rar a jorgefernandezdiaz.cienradios.com

Héctor Argentino Gallardo no dudó. La orden al sicario Juan Ignacio Figueroa fue simple y directa: “Cocinalo”. El hombre de 42 años, conocido como “el Patrón”, cerebro de una organización narco integrada por argentinos, paraguayos y colombianos con despliegue logístico dentro y fuera del país, no toleraba la deslealtad, sobre todo si venía de un empleado suyo. Le había llegado el rumor de que Raúl Reynoso le robaba drogas y tenía ínfulas de independizarse. “Llevalo a los terrenos de atrás y cocinalo”, ordenó Gallardo por teléfono, desde lejos.

Comentarios

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Me recuerda a la película "El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante".