A pesar de que la tradición reza que la flama olímpica debe permanecer encendida en su pebetero durante la duración completa de los juegos, el domingo cerca del medio día se apagó la flama por razones de seguridad para poder transportar el pebetero. El encendido se realizó de nuevo sin mayor ceremonia, con el auxilio de una escalera hidráulica.
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El apagón de la llama olímpica
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