Pero el estudio del negocio es importante, además de fascinante, y su deconstrucción emite un diagnóstico: el fútbol es un Dios, la FIFA su Vaticano y los estadios donde juegan los clubes sus misas dominicales. John Oliver lo dictaminó en celebrado segmento de su programa “Last Week Tonight”: el fútbol es una religión. Y él, como toda organización eclesiástica, hace felices a sus fieles mientras los empobrece. La religión consagró la estafa más perfecta jamás creada...
Comentarios
Grandisimo aporte, suscribo cada palabra de este esclarecedor articulo.
👍
#1 Gracias a ti por leerlo.
Imposible explicarlo mejor. Por eso digo que no es Messi quien gana esos millones, somos el resto quienes lo pagamos. Básicamente porque para que él o cualquier otro gane esos millones, las camisetas de fútbol valen 140 € y no 40 €. Y esto es porque poniendo que hay, por ejemplo 400 millones de aficionadxs que comprasen esas camisetas, siendo siempre ese el máximo de aficionadxs de en este caso el fútbol, si esas camisetas valiesen 40 € y no 140 €, como digo, no habría tantos millones a repartir.
Por supuesto me encantó también la mención a la industria del entretenimiento, que es exactamente lo mismo. Ambos negocios del deporte y el entretenimiento es lo que representa en la actualidad el ultra-capitalismo. Y por supuesto donde un 20% gana la del cielo y el resto gana las migajas que deja ese 20%.
Saludos.
#2 Creo que el análisis que haces es perfecto. Un ideal complemento al texto.
No podría estar más de acuerdo con alguien, que con el que escribió este análisis.