Hace 4 años | Por MabelArce a elcomidista.elpais.com
Publicado hace 4 años por MabelArce a elcomidista.elpais.com

La estrategia es sencilla, consiste en desarrollar programas con nombres más o menos eufónicos y que a la vez no sean demasiado intervencionistas, ya que eso enfadaría a unos ciudadanos poco comprometidos, además de aportar munición a los adversarios políticos de turno. De esta forma se puede decir públicamente que ya hay en marcha planes, campañas y programas para poner freno al asunto: solo de cara a la galería, eso sí, pero ahí están.

Comentarios

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La medida estrella es el impuesto al azucar. En cataluña se hizo y no tardo en ser tumbado.

baraja

#1 Como la mayoría de leyes que se tumban en Cataluña el problema viene de tramitar de forma incorrecta. El TSJ tumbó el impuesto por no haber completado los trámites legalmente exigidos.

Lo que viene a ser otra chapuza del Parlament por no escuchar a sus propios letrados.

Sendas_de_Vida

#2 cierto. Priman más las corporaciones y las multinacionales que la salud, incluyo a los más débiles dentro de la salud.
Evidentemente con leyes españolas.

baraja

#3 Esto no es cuestión de España o multinacionales, es falta de comprensión lectora.

Si el Parlament se salta el proceso de tramitación de un simple reglamento, el TSJ se lo tumbará.

Sendas_de_Vida

#4 es cierto. Las leyes están hechas para que prevalezcan las multinacionales que la salud. Si. Es comprensión humana, no lectora.
Deberías de leerla....

D

Manda cojones que en España, donde disponemos de una variedad de alimentos enorme y de una calidad sensacional, la obesidad esté aumentando tantísimo cuando comer bien sale tirado de precio.

Y tiene huevos que sea Finlandia, que no tiene una mierda de variedad de alimentos comparado con nosotros, quien esté reduciendo la obesidad con medidas tan simples como imponer tasas al azúcar, dar educación nutricional, alejar las maquinas de vending de los críos.

Y en cuanto a subsidiar la comida saludable me parece una idea cojonuda. Me juego las pelotas que se gasta más el Estado, y más se gastará según pase el tiempo, tratando enfermedades derivadas de una mala dieta y obesidad que previniéndolas.

Y la noticia no lo dice, pero en los barrios más pobres el número de gordos es acojonante. Un constante desfile de lorzas.
Los gitanos en general están que da asco verlos. Son infartos andantes. Raro ver a uno de más de 30 años que no tenga los dedos como una ristra de chorizos.
Hasta ves moros en esos mismos barrios con unas barrigas que flipas.

Pero ya cuando paseas por barrios más pichis te encuentras incluso a señoras de 50 años que están para meterles un meneo (y dos) y a hombres de más de 40 años que están fuertes.