Hace 5 años | Por MKitus a yorokobu.es
Publicado hace 5 años por MKitus a yorokobu.es

En el pasado, en la medida en la que la religión influía más en el poder, los investigadores eran vistos como asesinos de la fe, como brujos sin piedad o como villanos capaces de exterminar con sus artes a quien se pusiera en su camino. O como todas esas cosa a la vez. No eran nada de eso. Lo que sí eran es seres humanos y, como tales, capaces de arrastrarse por el lodo, mentir, falsificar o incluso darse de hostias para que sus teorías fueran aceptadas. Y así sigue ocurriendo, para desgracia de la moral humana y para solaz del humor universal