Sucedió hace ya unos cuantos años, en el transcurso de una de las innumerables guerras que asolan a Somalia. Un corresponsal destacado en la zona deambulaba por las calles de Mogadiscio en busca de un reportaje cuando, de pronto, la visión de una venerable anciana somalí sentada en plena calle llorando en silencio le sobrecogió. Su rostro, cincelado por el sufrimiento, se le antojó una espléndida metáfora de la tragedia de la guerra. Y embargado por esa pietat tan propia del superhombre occidental, no dudó en acercarse a ella y preguntarle...
Comentarios
Es vozpopuli...
Se han inventado una historia de solidaridad y tal para dar un final antiindependentista y que bien que vivimos unidos.
Que asco!