Hace 3 años | Por zanguangaco a elconfidencial.com
Publicado hace 3 años por zanguangaco a elconfidencial.com

Francisco José I ostentó el cetro de su imperio durante sesenta y ocho años, entre 1848 y 1916, de la primavera de los pueblos a la disolución del pasado, del absolutismo contra las cuerdas a su certificado de defunción en las trincheras. Un mandato tan largo paralizó el sistema político austrohúngaro, enquistándolo con la paradoja, nada casual, de consolidar el poder de sus estamentos esenciales, como el militar, intocable pese a su manifiesta incapacidad para derrotar en el campo de batalla a otras potencias europeas. Las debacles de Solferin

Comentarios

Burrofleta

El Ejército austríaco (luego austro-húngaro) era el más débil de las grandes potencias, cierto. Con Prusia, Francia o Reino Unido, no tenían nada que hacer; con Rusia o los otomanos, allá se andarían

Sin embargo, a los italianos les vapulearon varias veces; éstos sólo pudieron acceder a su independencia al aliarse con Francia o con Prusia