No me gustaría estar en la piel de los gestores de las entidades financieras españolas visto el fin de año que les espera, la verdad. La situación no sólo no ha mejorado en lo que va de ejercicio natural sino que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que se ha deteriorado hasta el punto de que esa pregunta retórica ¿Es la intervención de una entidad financiera española un accidente a punto de ocurrir? cobra por días visos de convertirse en realidad.
Comentarios
Eso se hace, infundiendo confianza en la gente.