La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha negado que la regulación obligue a Telefónica a fijar un precio más elevado en unas partes de España que en otras para algunos de sus productos, como ocurre con su nueva marca O2, y ha remarcado que la compañía es libre para fijar los precios. Telefónica presentó su nueva marca O2 a un precio de 45 euros en los 66 municipios de la denominada zona competitiva, en los que la operadora no está obligada a prestar ningún servicio mayorista a sus competidores, y a 58 euros en el resto de España.