Publicado hace 11 años por torbe_1964 a internacional.elpais.com

El 6 de abril de 2012, seis días después de la caída de Tombuctú en manos yihadistas, Ismael Diadié y su familia abandonaron la ciudad. El responsable de la Biblioteca Andalusí o Fondo Kati, que alberga miles de manuscritos —muchos de ellos vinculados a la historia de Al Andalus—, se llevaba consigo una parte de este importante legado y el resto lo dispersaba de manera discreta. Unos pocos papeles se quedaron en Tombuctú al cuidado de Baba Pascal Camara, chófer y amigo de Ismael, que recibió la visita de los radicales hasta en cuatro ocasiones.