La popular recomendación de "desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo" sigue siendo la idea predominante. El control calórico en las cenas sigue siendo una de esas recomendaciones universales que se da con bastante frecuencia a aquellos que necesitan adelgazar. Y que a menudo supone acostarse con una incómoda sensación de vacío en el estómago, que no siempre resulta fácil de sobrellevar.
Igual que lo de desayunar fuerte, una costumbre adaptada al estilo de vida de países como Reino Unido y que poco tiene que ver con nuestra cultura. Allí desayunan tanto porque luego comen ligero.
Yo, como no soy gordo, me permito el lujo de desayunar lo que me apetece, comer lo que me apetece, y cenar de forma contundente. No me puedo dormir con una cutre cena de fruta o ensaladita. Eso sí, para gustos colores, por supuesto. Lo único que no como, realmente porque no me gusta, es el dulce.
Comentarios
Yo estoy haciendo el regimen del 78.
#2 Toma, pasa la lengua todas las noches por aquí no adelgaza pero siempre es mejor que chupar bombillas.
#3 joder como estamos ...
#5 Tu sabrás yo estoy hecho un pincel...
#2 Comer solo chochos !!!!!
Es antiintuitivo, pero si desayunas menos, comes menos y cena menos, adelgazas ¡Parece cosa de meigas!
#4 adelgazas pero no duermes porque tienes un hambre de pelotas
Para adelgazar no sé, pero para dormir bien sí
"Desayunar como un rey, comer como un príncipe, cenar como un mendigo y asaltar la nevera de madrugada como un puto tiranosaurio rex".
#10 Ya me contarás como abres la nevera con esas manitas.
#11 ¿Abrir?
#13 Quizás doy por sentado que no querrás destrozar la nevera cada noche...
No. #teahorrounclick
Igual que lo de desayunar fuerte, una costumbre adaptada al estilo de vida de países como Reino Unido y que poco tiene que ver con nuestra cultura. Allí desayunan tanto porque luego comen ligero.
Yo, como no soy gordo, me permito el lujo de desayunar lo que me apetece, comer lo que me apetece, y cenar de forma contundente. No me puedo dormir con una cutre cena de fruta o ensaladita. Eso sí, para gustos colores, por supuesto. Lo único que no como, realmente porque no me gusta, es el dulce.