La incidencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS) está aumentando y ya se dan un millón de casos nuevos cada día en todo el mundo. Esta ha sido la advertencia que ha lanzado la Organización Mundial de la Salud (OMS) para alertar del peligro de estas infecciones, que pueden tener consecuencias muy negativas, desde problemas de salud graves y crónicos, hasta alteraciones en el desarrollo fetal o la muerte del bebé si la afectada es una embarazada.
Comentarios
Y ninguno será meneante
#1 la reserva genética de occidente!!
#1 Está feo meter a Don@JavierB en ese saco.
#1 ni vasco
#13 Joder. ¿Hay algo peor que ser vasco y meneante? Cuentan con opcines negativas más que nulas
Después sí, antes no.
Lo que demuestra que los vascos no son de este mundo.
#3 tenga usted en cuenta que hay 70 millones de descendientes de vascos en el mundo.
O sea que alguno de los vascos follo que daba gusto.
Eso hacen 365.000.000 de personas al año, 3.650.000.000 en diez años. La mitad de la población mundial. No sé Rick...
#8 Le estaba contestando a #4 que incluso en menos de 20 años, porque esa cifra me parece muy alta también. Si cada vez, hay más (1 millón más al día), más rápido se extiende, por lo que sería en unos 5 o 10 años si acaso ¿? .
La única explicación es que la gran gran mayoría de casos sea en zonas muy pobres de África, donde la mortalidad ya de por sí es muy alta, al igual que los nacimientos.
#8 No necesariamente. Una misma persona podría contraer varias enfermedades a lo largo de dicho año (incluso contraer varias en un único intercambio sexual). Se entiende que hablan de la media, aunque esa manía de resumir la media como si fuese algo que ocurre uniformemente es una gilipollez como un piano.
#10 Cierto, y que si nos ponemos divinos, también deberíamos considerar que el contagio es exponencial, o que habría que considerar el recontagio. Esta cifra está inflada sí o sí.
Pues si somos 7000 millones me da que en 20 años los meneantes seremos los únicos supervivientes.
#4 Pues adiós la existencia de la raza humana.
(si se puede llamar humanos a los meneantes, claro)