Bajo las etiquetas ‘combustible ecológico’ y ‘diésel verde’ circulan por las ciudades del mundo occidental vehículos que utilizan como combustible sustancias obtenidas a partir de productos agrícolas. Son los denominados biocombustibles, en los que el prefijo ‘bio’ pretende resaltar sus bondades medioambientales. Sin embargo, la realidad es que los biocombustibles pueden llegar a ser incluso más nocivos que el petróleo por su emisión de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático que está experimentando nuestro planeta.
Comentarios
pero muy buenos para los talleres.
contaminación bacteriana en el motor
cuando el contenido en agua es superior a 60 ppm es posible la aparición de vida microbiana.
el biodiésel puede absorber hasta 40 veces más agua que el diésel.
Una vez calentado por su paso por el motor, el carburante constituye un templado y perfecto caldo de cultivo en el que crecen y se extienden seres microscópicos, formando colonias y produciendo residuos de textura gelatinosa, infectando el gasóleo y recubriendo las paredes del depósito, las conducciones y los filtros. Además, tienen efectos corrosivos sobre algunos metales como aluminio y aleaciones de acero y por su estado gelatinoso, obstruyen los circuitos de combustible y elementos filtrantes, ocasionando pérdidas de potencia en los motores y averías,
Bueno. Estos biocombustibles son los denominados de 1º y 2ª generación. Los de 3ª generación serían los obtenidos a partir de micro algas para producir biodiesel y biopetróleo.
En realidad, el biodiesel producido a partir de algas es una verdadera castaña porque sus principales componentes son el palmitato y el palmitoleato. Vamos que el biodiesel se puede cortar con el cuchillo.
En llamado biopetróleo es otra castaña, pero podrida. Tiene entre un 5 y un 6% de nitrógeno (el carbón está sobre el 1%) Transformarlo en hidrocarburos con la tecnología actual es otra quimera. Primero porque no se puede eliminar más del 50% del nitrógeno y segundo porque el hidrógeno empleado no es de origen renovable.
No son rentables, no reducen significativamente las emisiones de CO2, no tienen aplicación mundial (ni los de primera, segunda y tercera generación)
El problema radica en la producción de H2 y en su utilización. Si no procede del agua y se obtiene con un rendimiento y coste aceptable no funcionará y estaremos condenados a un mundo cada vez más cálido y donde las naciones se exterminarán entre ellas por pura subsistencia energética.
Otro factor que hace prácticamente imposible salir de esta situación, es la falta de interés y una serie de complejos mentales de muchos investigadores e inversores.
Suena feo, pero es mi experiencia personal en este caso.
Y a pie tampoco vamos a poder ir porque las gomas de las zapatiilas tambien son contaminantes
#1 al sofá de por vida
Los mal llamados biocombustibles...
Teniendo coches eléctricos, y si me apuras en aplicaciones de mayor tamaño el hidrógeno, esto de los biocombustibles parece un engañabobos destinado a tangar a los inversores.