Los especialistas en drogas detectan cada vez más un policonsumo de mortíferos cócteles de sustancias entre los jóvenes con mezclas explosivas donde el alcohol es la base. Pensemos en cualquier noche de fin de semana. Un pub o discoteca muy concurrido de cualquier ciudad. Parece ya casi inconcebible ver cómo decenas de jóvenes se divierten con una copa en la mano. El alcohol es la sustancia más consumida entre los menores de treinta años.
El mayor peligro son las drogas sintéticas que se fabrican en laboratorios clandestinos y de las cuales el consumidor no sabe qué está tomando. Y los clásicos, por supuesto, sobre todo la heroína y el crack.
En una sociedad como la nuestra, en la que quien no tiene información es porque no quiere (en nuestro país, claro), el que toma ese tipo de sustancias sabe lo que hace. Así que ajo y agua: nadie obliga.
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El mayor peligro son las drogas sintéticas que se fabrican en laboratorios clandestinos y de las cuales el consumidor no sabe qué está tomando. Y los clásicos, por supuesto, sobre todo la heroína y el crack.
Viva la libertad. Y támbien para la Seguridad Social.
En una sociedad como la nuestra, en la que quien no tiene información es porque no quiere (en nuestro país, claro), el que toma ese tipo de sustancias sabe lo que hace. Así que ajo y agua: nadie obliga.