Una día de otoño de 1865, dos hombres se sentaron en una taberna en Connecticut, Estados Unidos, para calmar sus nervios con un buen trago. Venían conduciendo una carreta en una colina cercana, cuando escucharon un grito estremecedor que les puso la piel de gallina. Lo que parecía ser el mismo diablo —con la cabeza de un hombre y el cuerpo de una criatura extraña— venía volando colina abajo hacia ellos, a ras del suelo. El hombre, un francés de pelo oscuro, estaba empapado y cubierto de sangre. Su nombre era Pierre Lallement.
Comentarios
Hay que ver cómo cambian las cosas. No hace tantos años que tuve un profe que iba en bici al instituto, cuando no lo hacía nadie, no había aparcabicis en ningún lado.... De hecho se reían de él como si fuera un friki. Bueno, de hecho lo era, el y algún otro, en aquellos tiempos. Pero insisto, no hace tantos años.
Hoy se ven bicis aparcadas por todos los lados y va camino de ser el medio de transporte del siglo XXI en las ciudades.
#8 Ve a dar por el culo a otro.
La moto es heteropatriarcal.
La bicicleta: empoderó a las mujeres cuando descubrieron que podían quitarle el sillín.
#1 A algunos hombres también, entonces...
#2 Claro, creo quekarmo es un gran aficionado a la bici.
#3 también al helicóptero. Lo quieres probar cielo?
Sobre todo a las monjas que le quitaban el sillín
el patinete electrico si que lo cambiara todo y en menor medida la bicicleta electrica