Hace 5 años | Por Izaga a elespanol.com
Publicado hace 5 años por Izaga a elespanol.com

La anécdota es conocida. Cuando Angela Merkel tomó posesión como canciller de Alemania, su marido, Joachim Sauer, no se desplazó al Bundestag para presenciar el gran hito en la vida de su pareja sino que lo siguió por televisión desde su despacho de facultad. De Sauer, catedrático de Fisicoquímica en la Universidad Humboldt de Berlín, se llegó a decir que era "invisible como una molécula" por su aversión a los medios de comunicación. Su currículum, publicado en la página web de su facultad, es interminable.

Comentarios

Die_Spinne

Tengo sentimientos encontrados respecto a este tema porque si bien creo firmemente en aquello de que "la mujer del Cesar no solo debe ser honesta sino parecerlo" también me parece horrible que alguien tenga que sacrificar su carrera personal por el éxito de la de su pareja.

I

#4 Una cosa es sacrificar tu carrera, otra bien distinta que de repente tenga un ascenso fulgurante, en un puesto creado exclusivamente para ti., habiendo como habrá seguramente cientos mucho más válidos, aunque no sean cónyuges del presidente.

D

#5 Modo IN fanta.

I

#6 Efectivamente.

B

#5 La oferta era previa a la moción de censura.

I

España sin embargo, en ese sentido sigue siendo bananera hasta la médula. Primera acción de gobierno; colocar a los amiguetes.

x

¿Pasar de ser directiva en una empresa a ser ¿profesora? en el IE es una promoción profesional? Tal vez cobre más dinero, tal vez tenga un horario más cómodo, tal vez muchas cosas, pero a ver, que esa señora ahora mismo es directiva...

Si queréis encontrar nepotismo y enchufes, vuestro color es el morado.

angelitoMagno

¿España está en el G7? Primera noticia

I

#2 No debería, teniendo estas costumbres bananeras

D

Al izquierdismo le mean en la cara y no solo piensa que llueve: aplaude enfervorecido y a continuación vuelve a su mantra del máster de Casado.

Magog

Esta tipa se cree que esto es Estados Unidos y quiere ser una primera dama a la americana, y el otro, en lugar de decirla que no, calla