Hace 8 años | Por conversador a efe.com
Publicado hace 8 años por conversador a efe.com

Para sublimar la reconstrucción personal a través del proceso de cicatrización física, la artista francesa Hélène Gugenheim recubre con oro las trazas del destino en la epidermis de sus modelos a través de una centenaria técnica japonesa para reparar valiosas piezas de cerámica conocida como "kintsugi".

Comentarios

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Muy bonito, pero lo ideal sería borrar la cicatriz, que desaparezca.

JuanBrah

#2 Con el tampón de clonar de Photoshop, puedes

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#3: Tendrían que inventar el "Photoshop para el mundo real", sería el invento del siglo.

Simún

#2 Con lo molonas que son las cicatrices (algunas por lo menos)

v

Debería probar con grafeno