Hace 2 años | Por XXguiriXX a economist.com
Publicado hace 2 años por XXguiriXX a economist.com

Pioneros de la igualdad de género, los aztecas sacrificaban tanto a mujeres como a hombres. Los aztecas no eran vencedores misericordiosos. Sus prisioneros de guerra se utilizaban con frecuencia para sacrificios humanos, como parte de espectáculos en los que los sacerdotes arrancaban sus corazones del cuerpo para ofrecerlos, aún latiendo, a los dioses. Sus cabezas no corrían mejor suerte y solían acabar en una especie de muro craneal, llamado tzompantli en náhuatl, la lengua azteca.