Podría ser el inicio de un bestseller metaliterario, pero no lo es. Antonio Muñoz Molina entra en un café de Nueva York de estilo centroeuropeo y paredes forradas con portadas de libros que fueron escritos en estas mesas. Los clientes son jóvenes, algunos no tanto, que sueñan con el día en que sus portadas luzcan en alguna pared. Y nadie [...]
Estoy de acuerdo con algunas de las cosas que dice en la entrevista, pero se ha cubierto de gloria cuando dice esa gilipollez de la imaginación. Y cuando dice que ser Director del Instituto Cervantes en Nueva York es un trabajo agotador y muy mal pagado (porque los alquileres en NY son muy altos), ya es de traca.
Mira que me gusta Muñoz Molina, pero en algunas cosas de esta entrevista se ha cubierto de gloria.
"Pero claro, era mucho trabajo y yo soy un escritor, no puedo dedicarle mi vida entera. Un trabajo agotador y muy mal pagado" ¿y por qué aceptó ser Director del Cervantes?, si le interesaba más su carrera como escritor debería haberlo rechazado.
Comentarios
disiento.
Estoy de acuerdo con algunas de las cosas que dice en la entrevista, pero se ha cubierto de gloria cuando dice esa gilipollez de la imaginación. Y cuando dice que ser Director del Instituto Cervantes en Nueva York es un trabajo agotador y muy mal pagado (porque los alquileres en NY son muy altos), ya es de traca.
Está claro que habla por su propia experiencia. Esta muestra de sinceridad es algo que le honra.
Mira que me gusta Muñoz Molina, pero en algunas cosas de esta entrevista se ha cubierto de gloria.
"Pero claro, era mucho trabajo y yo soy un escritor, no puedo dedicarle mi vida entera. Un trabajo agotador y muy mal pagado" ¿y por qué aceptó ser Director del Cervantes?, si le interesaba más su carrera como escritor debería haberlo rechazado.