#8:
#1 Los ultras del Sporting, el famosillo ciclao ese de la tele y unos colegas, otros dos fulanos en Tenerife, los de Algeciras... y todos cumpliendo condenas similares a los de Altsasu... ah, que no!
#34:
#32 Deja de decir sandeces. Te pongo un resumen de como se han comportado los picoletos y compañía en Euskal Herria.
Gatillo fácil: bares, discotecas...
El mercenario Manuel Fernández Aceña fue condenado por la muerte de Jean Pierre Leiba, al que mató en la estación de Hendaia en 1984 en nombre de los GAL. Según su confesión, fue quien facilitó a su contacto en el cuartel de Intxaurrondo la fotografía de Juan Carlos García Goena, el último muerto por el grupo paramilitar español, en 1987. Fernández Aceña fue detenido hace poco más de un año acusado esta vez de ser mercenario yihadista.
En sus intervenciones mediáticas, el sicario refería siempre a una discoteca de Irun, como centro de reuniones, encuentro e incluso depósito bélico. Se trataba de la discoteca Gwendolyne, en la calle Estación, inaugurada en 1970 por el entonces jovencito Julio Iglesias quien ese mismo año había cantado una canción con el mismo nombre en el Festival de Eurovisión.
La discoteca fue una pesadilla para los vecinos que presentaron a lo largo de los años numerosas denuncias. En la década de 1980, el entonces alcalde Alberto Buen tuvo que recibir más de una vez las quejas sobre las peleas que se generaban tanto en el interior como en el exterior de la discoteca. Algunas de ellas acabaron a tiros. Por la sencilla razón de que eran asiduos clientes los amigos de Fernández Aceña del acantonamiento de Intxaurrondo, militares del cuartel de Landetxa y agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Los que recuerdan esa época dicen que los encontronazos se producían, especialmente, entre vecinos de Ipar Euskal Herria, clientes habituales del recinto, y agentes policiales.
En noviembre de 1987, un joven camionero belga recibió un tiro en el interior del bar. Murió en el acto. Se llamaba Erik Haelewyn y tenía 26 años. Los testigos aludieron a una discusión. Los autores, dos hombres armados, huyeron. Por la mañana, ante los rumores que circularon por Irun, el comisario jefe de la localidad fronteriza desmintió que «como se está divulgando, los agresores pertenezcan a ningún Cuerpo de Seguridad del Estado». La Policía Municipal, sin embargo, había logrado anotar la matrícula del vehículo que huyó. Y esa dato fue suficiente para identificar a los agentes, guardia civiles destinados en otro puesto fronterizo, en el de Urdax, en Nafarroa.
La muerte de Haelewyn destapó numerosos incidentes en el mismo escenario. Algunos de ellos muy recientes al trágico suceso. A comienzos de ese mismo año de 1987, un policía disparó en la entrada de la discoteca. La versión oficial señaló que se había tropezado. Unos meses más tarde, la víctima sería Mitxel Guerendian, conocido militante abertzale de Sara, que recibió un tiro de un suboficial del Ejército español. Salvó la vida, afortunadamente.
Unos años antes, un vecino de Pasaia, localidad cercana a Irun, que se ganaba la vida tocando la batería en una orquesta, salía de la discoteca Jai Alai de Eibar, después de una actuación. Se llamaba Alberto Soliño y tenía tres hijos. Con uno de sus compañeros intentaba meter el órgano de la orquesta en su vehículo. Otro coche aparcado lo impedía. Dijeron los testigos que Alberto se dirigió amablemente al dueño del coche y le pidió que lo moviera. Recibió un tiro en la frente. Murió en el acto. El agente de paisano que le disparó fue dirigente, con posterioridad, del Sindicato Unificado de la Guardia Civil (SUGC).
No muy lejos de Pasaia, y años más tarde, también en una sala de fiestas, esta vez Apolo de Errenteria, un policía, también de paisano, entraba a las seis de la mañana. Pidió una consumición que los camareros, que estaban recogiendo el local se la negaron. Sacó un arma, apuntó a varios parroquianos y disparó. Vicente Vadillo, Francis, murió en el acto por una bala que le destrozó el semblante. La víctima, travestí, sufrió una segunda victimización. La nota oficial señalaba que «en el momento de su muerte estaba vestido con ropas de mujer». Al parecer eximente para el homicida.
La muerte de Francis tuvo un recorrido excepcional. Los compañeros del policía implicado cargaron en la protesta posterior, en la que estaban los padres de la víctima, y llegaron a entrar, a porrazo limpio, en el Ayuntamiento de Errenteria donde se estaba celebrando un pleno que condenaría los hechos.
En la sala de fiesta Bordatxo de Doneztebe, tres jóvenes se cruzaron con un guardia civil de paisano, del cuartel de Bera. Eran poco más de las tres de la madrugada. Riña en la pista de baile y el agente que saca la pistola y dispara. Santiago Navas muere del primer disparo. A José Javier Nuin le descerraja un tiro y ya en el suelo le remata. El guardia civil se dirige a un tercero, José Antonio Díaz, a quien dispara y deja malherido. Se detiene la música, se encienden las luces. El agente intenta disparar nuevamente pero se le encasquilla la pistola. Dos muertos y un herido grave.
Junio de 1993, en Otxarkoaga. Un guardia civil, según la nota oficial expulsado del Cuerpo, entra en un bar y se lía a tiros. Juan Carlos López Castañares recibe cinco impactos que le causarán la muerte. También resultarán heridos otros parroquianos, entre ellos un niño de tres años de edad. El autor, dicen las crónicas, aunque identificado, se dio a la fuga.
Pocos años antes, no lejos del anterior lugar, en el Bar Los Arcos de Barakaldo, entra la Policía Nacional, nuevamente de paisano. La versión oficial y la de los testigos no coincidió en casi nada. Eran las 12 de la noche. Sin mediar palabra, uno de los policías disparó contra José Luis Sancha Lasa, que acababa de cumplir 17 años. ¿Lógica? La policía llevó detenidos al propietario del bar y a seis de los clientes. Mientras, el gobernador fabricó la versión que lanzaría a los medios, la habitual «versión oficial».
En un bar del barrio de San Francisco, un guardia civil de paisano mató de un tiro a Bonifacio Martínez Celemín. La nota gubernativa recurrió al término «reyerta». A Félix Arnaiz Maeso le mató un guardia urbano de Erromo. Dijeron que un individuo sin identificar y el agente municipal tuvieron una discusión en un bar. Que la autoridad fue insultada y que el policía disparó. Arnaiz, que según la prensa “pasaba por allí” tuvo la mala fortuna de recibir un disparo perdido. Murió cuando lo trasladaban a Cruces.
Manuel Pérez Gómez era vecino de Bastida y se dirigió, junto a su hermano, a las fiestas de Haro. En la discoteca La Masía entablaron un diálogo con dos chicas. Relación que fue interrumpida por un guardia civil de paisano. Sin mediar palabra se dirigió a Manuel y le disparó directamente al corazón. Alfredo San Sebastián, a la puerta de la discoteca Zigor de Mungia. Un guardia civil le descerrajó un tiro. Se desangró y murió.
En Gasteiz, Bar Las Vegas, barrio de Zaramaga, el mismo en el que unos años antes policías en servicio mataron a cinco trabajadores. Entra un policía de paisano, al parecer embriagado. El dueño del local se niega a dispensarle un whisky y en su lugar le ofrece un refresco. Disparos y dos muertos, el propietario del bar y un cliente: Justo López de Zubiria y Félix Minguela Sanz, repartidor de butano.
Los incidentes en tabernas, bares, discotecas en los que se vieron implicados agentes de la autoridad han sido numerosos. La diferencia en las riñas, cuando se produjeron, abismal (las versiones oficiales no pueden ser fuente fiable, y algunos las siguen utilizando para negar su responsabilidad). Unos armados, los otros desarmados. El poder de una pistola es enorme.
El Gobierno vasco, en su informe “Retratos municipales de las vulneraciones del derecho a la vida en el caso vasco” dice textualmente: «El uso indebido de armas por parte de policías causó la muerte de 13 personas hasta 1981, muchas de ellas tuvieron como escenario los establecimientos hosteleros». En fechas posteriores también hubo muertos por armas de fuego en establecimientos hosteleros, bares, discotecas. ¿Cuántos? Decenas de heridos también. Huérfanos, viudas... Algún día habrá que censarlos.
#32 Deja de decir sandeces. Te pongo un resumen de como se han comportado los picoletos y compañía en Euskal Herria.
Gatillo fácil: bares, discotecas...
El mercenario Manuel Fernández Aceña fue condenado por la muerte de Jean Pierre Leiba, al que mató en la estación de Hendaia en 1984 en nombre de los GAL. Según su confesión, fue quien facilitó a su contacto en el cuartel de Intxaurrondo la fotografía de Juan Carlos García Goena, el último muerto por el grupo paramilitar español, en 1987. Fernández Aceña fue detenido hace poco más de un año acusado esta vez de ser mercenario yihadista.
En sus intervenciones mediáticas, el sicario refería siempre a una discoteca de Irun, como centro de reuniones, encuentro e incluso depósito bélico. Se trataba de la discoteca Gwendolyne, en la calle Estación, inaugurada en 1970 por el entonces jovencito Julio Iglesias quien ese mismo año había cantado una canción con el mismo nombre en el Festival de Eurovisión.
La discoteca fue una pesadilla para los vecinos que presentaron a lo largo de los años numerosas denuncias. En la década de 1980, el entonces alcalde Alberto Buen tuvo que recibir más de una vez las quejas sobre las peleas que se generaban tanto en el interior como en el exterior de la discoteca. Algunas de ellas acabaron a tiros. Por la sencilla razón de que eran asiduos clientes los amigos de Fernández Aceña del acantonamiento de Intxaurrondo, militares del cuartel de Landetxa y agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Los que recuerdan esa época dicen que los encontronazos se producían, especialmente, entre vecinos de Ipar Euskal Herria, clientes habituales del recinto, y agentes policiales.
En noviembre de 1987, un joven camionero belga recibió un tiro en el interior del bar. Murió en el acto. Se llamaba Erik Haelewyn y tenía 26 años. Los testigos aludieron a una discusión. Los autores, dos hombres armados, huyeron. Por la mañana, ante los rumores que circularon por Irun, el comisario jefe de la localidad fronteriza desmintió que «como se está divulgando, los agresores pertenezcan a ningún Cuerpo de Seguridad del Estado». La Policía Municipal, sin embargo, había logrado anotar la matrícula del vehículo que huyó. Y esa dato fue suficiente para identificar a los agentes, guardia civiles destinados en otro puesto fronterizo, en el de Urdax, en Nafarroa.
La muerte de Haelewyn destapó numerosos incidentes en el mismo escenario. Algunos de ellos muy recientes al trágico suceso. A comienzos de ese mismo año de 1987, un policía disparó en la entrada de la discoteca. La versión oficial señaló que se había tropezado. Unos meses más tarde, la víctima sería Mitxel Guerendian, conocido militante abertzale de Sara, que recibió un tiro de un suboficial del Ejército español. Salvó la vida, afortunadamente.
Unos años antes, un vecino de Pasaia, localidad cercana a Irun, que se ganaba la vida tocando la batería en una orquesta, salía de la discoteca Jai Alai de Eibar, después de una actuación. Se llamaba Alberto Soliño y tenía tres hijos. Con uno de sus compañeros intentaba meter el órgano de la orquesta en su vehículo. Otro coche aparcado lo impedía. Dijeron los testigos que Alberto se dirigió amablemente al dueño del coche y le pidió que lo moviera. Recibió un tiro en la frente. Murió en el acto. El agente de paisano que le disparó fue dirigente, con posterioridad, del Sindicato Unificado de la Guardia Civil (SUGC).
No muy lejos de Pasaia, y años más tarde, también en una sala de fiestas, esta vez Apolo de Errenteria, un policía, también de paisano, entraba a las seis de la mañana. Pidió una consumición que los camareros, que estaban recogiendo el local se la negaron. Sacó un arma, apuntó a varios parroquianos y disparó. Vicente Vadillo, Francis, murió en el acto por una bala que le destrozó el semblante. La víctima, travestí, sufrió una segunda victimización. La nota oficial señalaba que «en el momento de su muerte estaba vestido con ropas de mujer». Al parecer eximente para el homicida.
La muerte de Francis tuvo un recorrido excepcional. Los compañeros del policía implicado cargaron en la protesta posterior, en la que estaban los padres de la víctima, y llegaron a entrar, a porrazo limpio, en el Ayuntamiento de Errenteria donde se estaba celebrando un pleno que condenaría los hechos.
En la sala de fiesta Bordatxo de Doneztebe, tres jóvenes se cruzaron con un guardia civil de paisano, del cuartel de Bera. Eran poco más de las tres de la madrugada. Riña en la pista de baile y el agente que saca la pistola y dispara. Santiago Navas muere del primer disparo. A José Javier Nuin le descerraja un tiro y ya en el suelo le remata. El guardia civil se dirige a un tercero, José Antonio Díaz, a quien dispara y deja malherido. Se detiene la música, se encienden las luces. El agente intenta disparar nuevamente pero se le encasquilla la pistola. Dos muertos y un herido grave.
Junio de 1993, en Otxarkoaga. Un guardia civil, según la nota oficial expulsado del Cuerpo, entra en un bar y se lía a tiros. Juan Carlos López Castañares recibe cinco impactos que le causarán la muerte. También resultarán heridos otros parroquianos, entre ellos un niño de tres años de edad. El autor, dicen las crónicas, aunque identificado, se dio a la fuga.
Pocos años antes, no lejos del anterior lugar, en el Bar Los Arcos de Barakaldo, entra la Policía Nacional, nuevamente de paisano. La versión oficial y la de los testigos no coincidió en casi nada. Eran las 12 de la noche. Sin mediar palabra, uno de los policías disparó contra José Luis Sancha Lasa, que acababa de cumplir 17 años. ¿Lógica? La policía llevó detenidos al propietario del bar y a seis de los clientes. Mientras, el gobernador fabricó la versión que lanzaría a los medios, la habitual «versión oficial».
En un bar del barrio de San Francisco, un guardia civil de paisano mató de un tiro a Bonifacio Martínez Celemín. La nota gubernativa recurrió al término «reyerta». A Félix Arnaiz Maeso le mató un guardia urbano de Erromo. Dijeron que un individuo sin identificar y el agente municipal tuvieron una discusión en un bar. Que la autoridad fue insultada y que el policía disparó. Arnaiz, que según la prensa “pasaba por allí” tuvo la mala fortuna de recibir un disparo perdido. Murió cuando lo trasladaban a Cruces.
Manuel Pérez Gómez era vecino de Bastida y se dirigió, junto a su hermano, a las fiestas de Haro. En la discoteca La Masía entablaron un diálogo con dos chicas. Relación que fue interrumpida por un guardia civil de paisano. Sin mediar palabra se dirigió a Manuel y le disparó directamente al corazón. Alfredo San Sebastián, a la puerta de la discoteca Zigor de Mungia. Un guardia civil le descerrajó un tiro. Se desangró y murió.
En Gasteiz, Bar Las Vegas, barrio de Zaramaga, el mismo en el que unos años antes policías en servicio mataron a cinco trabajadores. Entra un policía de paisano, al parecer embriagado. El dueño del local se niega a dispensarle un whisky y en su lugar le ofrece un refresco. Disparos y dos muertos, el propietario del bar y un cliente: Justo López de Zubiria y Félix Minguela Sanz, repartidor de butano.
Los incidentes en tabernas, bares, discotecas en los que se vieron implicados agentes de la autoridad han sido numerosos. La diferencia en las riñas, cuando se produjeron, abismal (las versiones oficiales no pueden ser fuente fiable, y algunos las siguen utilizando para negar su responsabilidad). Unos armados, los otros desarmados. El poder de una pistola es enorme.
El Gobierno vasco, en su informe “Retratos municipales de las vulneraciones del derecho a la vida en el caso vasco” dice textualmente: «El uso indebido de armas por parte de policías causó la muerte de 13 personas hasta 1981, muchas de ellas tuvieron como escenario los establecimientos hosteleros». En fechas posteriores también hubo muertos por armas de fuego en establecimientos hosteleros, bares, discotecas. ¿Cuántos? Decenas de heridos también. Huérfanos, viudas... Algún día habrá que censarlos.
#4 La deduccion es relativa a la verdad si tu mientes te tengo que dejar salir de tu error o confirmarme que mientes intencionadamente o desconoces los datos.
#18Cuando se sufre la crueldad en nombre de una justicia de Estado y la ciudadanía así lo percibe, sus responsables serán percibidos como verdugos, prepotentes y caprichosos
Ya vimos lo que te importó la represión hacía los catalanes que querían dar una charla sobre Cervantes y los lazis se lo impidieron.
Tu opinión es basura si te crees que estás del lado de los reprimidos, mientras apoyas a los represores
Es un despropósito tener a gente dando palizas por la calle, y políticos dando palmaditas en la espalda a los "chavales"
Pero cada sociedad es como es.
Cambio 300 refugiados por 300 "chavales" batasunos pero con los ojos cerrados.
#23 Lo gracioso es que las víctimas decían que había gente grabando mientras los agredían, y esas grabaciones, que deberían ser exculpatorias según vosotros, no aparecen, aparecen unas de después de la trifulca con la que se ha hecho una manipulación de libro, queriendo dar a entender que el que sale es al que se le rompió el tobillo y se le pataleó en el suelo, cuando no es así.
#5 habia habido alguna antes en las cercanias de ese bar en concreto para certificar una disminucion de un hecho?
Por que claro, si es un hecho aislado no se yo que puede disminuir.
#1 Los ultras del Sporting, el famosillo ciclao ese de la tele y unos colegas, otros dos fulanos en Tenerife, los de Algeciras... y todos cumpliendo condenas similares a los de Altsasu... ah, que no!
#8 ¿Y a que no has visto a ningún alcalde de esos pueblos montar manifestaciones contra la policía, pidiendo su liberación?
¿A que no has visto a ninguna tele autonómica pasear a los padres de esos agresores por las tertulias para blanquear la agresión?
¿A que no has visto trolls pagados ir por internet lanzando bulos contra los polis agredidos?
#8 Con los de Algeciras tienen que demostrar que conocían a los guardias civiles de antes para poder acusarlos de atentado contra la atentado contra la autoridad con premeditación, además en Algeciras no hay asociaciones independentistas con antiguos vínculos con la kale borroka. 2 pequeños detalles que igual para ti son insignificantes pero en justicia no.
#18 tampoco has visto en ningún otro sitio de España que los vecinos de un pueblo/ciudad se vayan a manifestar delante de la vivienda de los familiares de una víctima de agresión, pues en Euskal herría sí.
#10 Una preguntita "experto en derecho": Desde cuando los clanes de la droga tienen vínculos con actuales o antiguos grupos terroristas?
Porque para ser imputado por terrorismo tiene que haber "indicios" (que no pruebas) de posible vinculación a organizaciones terroristas presentes o pasadas. Ya ves que detalles más sutiles tiene la justicia.
Por ejemplo, les insultaban por la calle.
O aparecían pintadas.
Incluso hicieron jornada de puertas abiertas en el cuartel y los proetarras fotografiaban a la gente que entraba, en un intento de amedrentar.
Tú te puedes autoengañar lo que quieras, pero en este caso, los fascistas no son la policía. Tu mismo
Te lo recuerdo: te has situado al lado de los que persiguen, amedrentan , amenazan e insultan. Y no hace mucho, señalan objetivos para que fuesen ajusticiados por la espalda
No han desaparecido. No se han vuelto "buenos".
Lo siento. No debe ser fácil pensar que eres muy guay pero que te cuenten que estás del lado de los matones
¿ Te resultaría fácil o difícil encontrar pintadas en favor del asesinato de guardias civiles ?
¿ Te resultaría fácil o difícil encontrar agresiones a perdonas por parte de abertzales ?
A lo mejor me dices que son inexistentes
¿ Me vas a responder o vas a pegarme más fotos ?
#19 Tú te puedes autoengañar lo que quieras, pero en este caso, los fascistas son la fascistas. Condenan a cárcel a tres miembros navarros de Falange y Tradición por atacar símbolos antifranquistas Han sido absueltos de los delitos de terrorismo y asociación ilícita http://www.elmundo.es/espana/2015/07/30/55ba33f6ca47410e1d8b4589.html
Me temo que los que pegaban tiros en la nuca y mutilaban personas eran tus amigos. Y no hace mucho.
Te lo recuerdo porque quiero que te mires las manos y las veas rojas
#19 amedrentar, controles a punta de metralleta, retenciones injustificadas de jóvenes, denuncias falsas contra ayuntamientos (investiga el caso del ayunta de iturnendi, denunciado por poner ikurriña en fiestas a partir de fotos del balcón de una sociedad), fotografiar la gente presente en cualquier concentración, amenazas, multas por cualquier gilipollez, a eso cómo lo llamas? Vivo en la zona, sé de lo que hablo. Y tú?
#1 que bien, ahora podemos acusar de terroristas a manguis, a quien salga a la calle a protestar, a quien opine diferente, a ..... Mano de santo oiga, os está quedando un país de extraordinaria placidez.
Eso sí, a los hijos de pputa que están dejando así el país a defenderlos
#43 que parte de "acusemos" no entiendes? O tampoco fueron acusados de terrorismo? El objetivo no es que te acaben condenando por terrorista, es que te pases 2 años en prision con esa espada de Damocles.
Por otro lado, la sentencia sigue siendo escandalosa, pero claro, entender estas hijoputeces no es para iletrados
Comentarios
#32 Deja de decir sandeces. Te pongo un resumen de como se han comportado los picoletos y compañía en Euskal Herria.
Gatillo fácil: bares, discotecas...
El mercenario Manuel Fernández Aceña fue condenado por la muerte de Jean Pierre Leiba, al que mató en la estación de Hendaia en 1984 en nombre de los GAL. Según su confesión, fue quien facilitó a su contacto en el cuartel de Intxaurrondo la fotografía de Juan Carlos García Goena, el último muerto por el grupo paramilitar español, en 1987. Fernández Aceña fue detenido hace poco más de un año acusado esta vez de ser mercenario yihadista.
En sus intervenciones mediáticas, el sicario refería siempre a una discoteca de Irun, como centro de reuniones, encuentro e incluso depósito bélico. Se trataba de la discoteca Gwendolyne, en la calle Estación, inaugurada en 1970 por el entonces jovencito Julio Iglesias quien ese mismo año había cantado una canción con el mismo nombre en el Festival de Eurovisión.
La discoteca fue una pesadilla para los vecinos que presentaron a lo largo de los años numerosas denuncias. En la década de 1980, el entonces alcalde Alberto Buen tuvo que recibir más de una vez las quejas sobre las peleas que se generaban tanto en el interior como en el exterior de la discoteca. Algunas de ellas acabaron a tiros. Por la sencilla razón de que eran asiduos clientes los amigos de Fernández Aceña del acantonamiento de Intxaurrondo, militares del cuartel de Landetxa y agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Los que recuerdan esa época dicen que los encontronazos se producían, especialmente, entre vecinos de Ipar Euskal Herria, clientes habituales del recinto, y agentes policiales.
En noviembre de 1987, un joven camionero belga recibió un tiro en el interior del bar. Murió en el acto. Se llamaba Erik Haelewyn y tenía 26 años. Los testigos aludieron a una discusión. Los autores, dos hombres armados, huyeron. Por la mañana, ante los rumores que circularon por Irun, el comisario jefe de la localidad fronteriza desmintió que «como se está divulgando, los agresores pertenezcan a ningún Cuerpo de Seguridad del Estado». La Policía Municipal, sin embargo, había logrado anotar la matrícula del vehículo que huyó. Y esa dato fue suficiente para identificar a los agentes, guardia civiles destinados en otro puesto fronterizo, en el de Urdax, en Nafarroa.
La muerte de Haelewyn destapó numerosos incidentes en el mismo escenario. Algunos de ellos muy recientes al trágico suceso. A comienzos de ese mismo año de 1987, un policía disparó en la entrada de la discoteca. La versión oficial señaló que se había tropezado. Unos meses más tarde, la víctima sería Mitxel Guerendian, conocido militante abertzale de Sara, que recibió un tiro de un suboficial del Ejército español. Salvó la vida, afortunadamente.
Unos años antes, un vecino de Pasaia, localidad cercana a Irun, que se ganaba la vida tocando la batería en una orquesta, salía de la discoteca Jai Alai de Eibar, después de una actuación. Se llamaba Alberto Soliño y tenía tres hijos. Con uno de sus compañeros intentaba meter el órgano de la orquesta en su vehículo. Otro coche aparcado lo impedía. Dijeron los testigos que Alberto se dirigió amablemente al dueño del coche y le pidió que lo moviera. Recibió un tiro en la frente. Murió en el acto. El agente de paisano que le disparó fue dirigente, con posterioridad, del Sindicato Unificado de la Guardia Civil (SUGC).
No muy lejos de Pasaia, y años más tarde, también en una sala de fiestas, esta vez Apolo de Errenteria, un policía, también de paisano, entraba a las seis de la mañana. Pidió una consumición que los camareros, que estaban recogiendo el local se la negaron. Sacó un arma, apuntó a varios parroquianos y disparó. Vicente Vadillo, Francis, murió en el acto por una bala que le destrozó el semblante. La víctima, travestí, sufrió una segunda victimización. La nota oficial señalaba que «en el momento de su muerte estaba vestido con ropas de mujer». Al parecer eximente para el homicida.
La muerte de Francis tuvo un recorrido excepcional. Los compañeros del policía implicado cargaron en la protesta posterior, en la que estaban los padres de la víctima, y llegaron a entrar, a porrazo limpio, en el Ayuntamiento de Errenteria donde se estaba celebrando un pleno que condenaría los hechos.
En la sala de fiesta Bordatxo de Doneztebe, tres jóvenes se cruzaron con un guardia civil de paisano, del cuartel de Bera. Eran poco más de las tres de la madrugada. Riña en la pista de baile y el agente que saca la pistola y dispara. Santiago Navas muere del primer disparo. A José Javier Nuin le descerraja un tiro y ya en el suelo le remata. El guardia civil se dirige a un tercero, José Antonio Díaz, a quien dispara y deja malherido. Se detiene la música, se encienden las luces. El agente intenta disparar nuevamente pero se le encasquilla la pistola. Dos muertos y un herido grave.
Junio de 1993, en Otxarkoaga. Un guardia civil, según la nota oficial expulsado del Cuerpo, entra en un bar y se lía a tiros. Juan Carlos López Castañares recibe cinco impactos que le causarán la muerte. También resultarán heridos otros parroquianos, entre ellos un niño de tres años de edad. El autor, dicen las crónicas, aunque identificado, se dio a la fuga.
Pocos años antes, no lejos del anterior lugar, en el Bar Los Arcos de Barakaldo, entra la Policía Nacional, nuevamente de paisano. La versión oficial y la de los testigos no coincidió en casi nada. Eran las 12 de la noche. Sin mediar palabra, uno de los policías disparó contra José Luis Sancha Lasa, que acababa de cumplir 17 años. ¿Lógica? La policía llevó detenidos al propietario del bar y a seis de los clientes. Mientras, el gobernador fabricó la versión que lanzaría a los medios, la habitual «versión oficial».
En un bar del barrio de San Francisco, un guardia civil de paisano mató de un tiro a Bonifacio Martínez Celemín. La nota gubernativa recurrió al término «reyerta». A Félix Arnaiz Maeso le mató un guardia urbano de Erromo. Dijeron que un individuo sin identificar y el agente municipal tuvieron una discusión en un bar. Que la autoridad fue insultada y que el policía disparó. Arnaiz, que según la prensa “pasaba por allí” tuvo la mala fortuna de recibir un disparo perdido. Murió cuando lo trasladaban a Cruces.
Manuel Pérez Gómez era vecino de Bastida y se dirigió, junto a su hermano, a las fiestas de Haro. En la discoteca La Masía entablaron un diálogo con dos chicas. Relación que fue interrumpida por un guardia civil de paisano. Sin mediar palabra se dirigió a Manuel y le disparó directamente al corazón. Alfredo San Sebastián, a la puerta de la discoteca Zigor de Mungia. Un guardia civil le descerrajó un tiro. Se desangró y murió.
En Gasteiz, Bar Las Vegas, barrio de Zaramaga, el mismo en el que unos años antes policías en servicio mataron a cinco trabajadores. Entra un policía de paisano, al parecer embriagado. El dueño del local se niega a dispensarle un whisky y en su lugar le ofrece un refresco. Disparos y dos muertos, el propietario del bar y un cliente: Justo López de Zubiria y Félix Minguela Sanz, repartidor de butano.
Los incidentes en tabernas, bares, discotecas en los que se vieron implicados agentes de la autoridad han sido numerosos. La diferencia en las riñas, cuando se produjeron, abismal (las versiones oficiales no pueden ser fuente fiable, y algunos las siguen utilizando para negar su responsabilidad). Unos armados, los otros desarmados. El poder de una pistola es enorme.
El Gobierno vasco, en su informe “Retratos municipales de las vulneraciones del derecho a la vida en el caso vasco” dice textualmente: «El uso indebido de armas por parte de policías causó la muerte de 13 personas hasta 1981, muchas de ellas tuvieron como escenario los establecimientos hosteleros». En fechas posteriores también hubo muertos por armas de fuego en establecimientos hosteleros, bares, discotecas. ¿Cuántos? Decenas de heridos también. Huérfanos, viudas... Algún día habrá que censarlos.
#4 La deduccion es relativa a la verdad si tu mientes te tengo que dejar salir de tu error o confirmarme que mientes intencionadamente o desconoces los datos.
Crack
#6 Donde lleva habíendolas habitualmente durante las últimas décadas. Tacháaaaaan!!! ya no las ves.
#18 Cuando se sufre la crueldad en nombre de una justicia de Estado y la ciudadanía así lo percibe, sus responsables serán percibidos como verdugos, prepotentes y caprichosos
#39 Salida por la tangente.
@0 esto es meneame, la represion hacia vascos-catalanes no importa y se hunde, no se ni para que lo intentas
#14
Ya vimos lo que te importó la represión hacía los catalanes que querían dar una charla sobre Cervantes y los lazis se lo impidieron.
Tu opinión es basura si te crees que estás del lado de los reprimidos, mientras apoyas a los represores
La manada de Alsasua.
#2 Aquí está estabulada: http://tiny.cc/nt4nuy
Es un despropósito tener a gente dando palizas por la calle, y políticos dando palmaditas en la espalda a los "chavales"
Pero cada sociedad es como es.
Cambio 300 refugiados por 300 "chavales" batasunos pero con los ojos cerrados.
#18 Como van a pedir la liberacion de alguien que esta libre?
La versión del pobre policía malherido no cuadra con el vídeo ,buscar otro argumento para criminalizar a la juventud vasca.
#23 El malherido no es el que sale en el vídeo.
#23 Lo gracioso es que las víctimas decían que había gente grabando mientras los agredían, y esas grabaciones, que deberían ser exculpatorias según vosotros, no aparecen, aparecen unas de después de la trifulca con la que se ha hecho una manipulación de libro, queriendo dar a entender que el que sale es al que se le rompió el tobillo y se le pataleó en el suelo, cuando no es así.
#35 Si no es el del tobillo, es el otro el apalizado que temió por su vida, muy recuperado tras el sock.
Y quien es el de la camisa blanca
#5 habia habido alguna antes en las cercanias de ese bar en concreto para certificar una disminucion de un hecho?
Por que claro, si es un hecho aislado no se yo que puede disminuir.
#9 Bueno, podia ser que en el bar Koxka torciesen tobillos a los guardias con frecuencia y no, es un hecho aislado.
Desde este despropósito , no ha vuelto a haber agresiones a policías.
Mano de santo
#1 En donde? En el mismo codigo postal o en otros?
#3
A ver, haz un esfuerzo de deducción, crack
#3 En el bar Koxka de Altsasu.
#3 se refiere al código postal de los proetarras
#1 eso es tu idea de la justicia?, espero que tengas ña suerte de disfrutarla a tope.
#1 Los ultras del Sporting, el famosillo ciclao ese de la tele y unos colegas, otros dos fulanos en Tenerife, los de Algeciras... y todos cumpliendo condenas similares a los de Altsasu... ah, que no!
#8 ¿Y a que no has visto a ningún alcalde de esos pueblos montar manifestaciones contra la policía, pidiendo su liberación?
¿A que no has visto a ninguna tele autonómica pasear a los padres de esos agresores por las tertulias para blanquear la agresión?
¿A que no has visto trolls pagados ir por internet lanzando bulos contra los polis agredidos?
Pues en Euskal herría sí.
#8 Con los de Algeciras tienen que demostrar que conocían a los guardias civiles de antes para poder acusarlos de atentado contra la atentado contra la autoridad con premeditación, además en Algeciras no hay asociaciones independentistas con antiguos vínculos con la kale borroka. 2 pequeños detalles que igual para ti son insignificantes pero en justicia no.
#18 tampoco has visto en ningún otro sitio de España que los vecinos de un pueblo/ciudad se vayan a manifestar delante de la vivienda de los familiares de una víctima de agresión, pues en Euskal herría sí.
#1 Claro, antes eran a diario. Por cierto, no hace una semana de esto: https://www.estrelladigital.es/articulo/espanha/vecinos-lanzan-cocteles-molotov-policia-linea/20180612120424348904.html que no se considera terrorismo.
No andas muy acertado.
#10 Una preguntita "experto en derecho": Desde cuando los clanes de la droga tienen vínculos con actuales o antiguos grupos terroristas?
Porque para ser imputado por terrorismo tiene que haber "indicios" (que no pruebas) de posible vinculación a organizaciones terroristas presentes o pasadas. Ya ves que detalles más sutiles tiene la justicia.
#33 Cambia "los clanes de droga" por "las peleas de bar", que ya casi lo tienes.
#1 https://politica.elpais.com/politica/2018/05/13/actualidad/1526220873_504913.html
Claro, si no es agresión de vascos sobre guardia civiles no existe.
#1 y antes del mismo?
#12
Por ejemplo, les insultaban por la calle.
O aparecían pintadas.
Incluso hicieron jornada de puertas abiertas en el cuartel y los proetarras fotografiaban a la gente que entraba, en un intento de amedrentar.
Tú te puedes autoengañar lo que quieras, pero en este caso, los fascistas no son la policía. Tu mismo
#19 ¿Pintadas como esta?
http://www.noticiasdenavarra.com/2017/12/21/vecinos/sakana-leizaldea/aparecen-pintadas-falangistas-en-zubi-ondo-elkartea-de-altsasu
#22
Te lo recuerdo: te has situado al lado de los que persiguen, amedrentan , amenazan e insultan. Y no hace mucho, señalan objetivos para que fuesen ajusticiados por la espalda
No han desaparecido. No se han vuelto "buenos".
Lo siento. No debe ser fácil pensar que eres muy guay pero que te cuenten que estás del lado de los matones
#19 ¿O como esta otra?
http://www.lafalange.org/2016/11/09/aparecen-pintadas-falangistas-en-el-bar-de-alsasua-donde-varios-guardias-civiles-sufrieron-una-agresion-etarra/
#19 Intento de amedrentar, ¿como este?
Un grupo falangista amenaza a militantes de izquierda en Euskadi
http://www.publico.es/sociedad/fascismo-euskadi-grupo-falangista-amenaza-militantes-izquierda-euskadi.html
#27
¿ Te resultaría fácil o difícil encontrar pintadas en favor del asesinato de guardias civiles ?
¿ Te resultaría fácil o difícil encontrar agresiones a perdonas por parte de abertzales ?
A lo mejor me dices que son inexistentes
¿ Me vas a responder o vas a pegarme más fotos ?
#31 por que intentas razonar con un troll?
#19 Tú te puedes autoengañar lo que quieras, pero en este caso, los fascistas son la fascistas.
Condenan a cárcel a tres miembros navarros de Falange y Tradición por atacar símbolos antifranquistas
Han sido absueltos de los delitos de terrorismo y asociación ilícita
http://www.elmundo.es/espana/2015/07/30/55ba33f6ca47410e1d8b4589.html
#30
Me temo que los que pegaban tiros en la nuca y mutilaban personas eran tus amigos. Y no hace mucho.
Te lo recuerdo porque quiero que te mires las manos y las veas rojas
#19 amedrentar, controles a punta de metralleta, retenciones injustificadas de jóvenes, denuncias falsas contra ayuntamientos (investiga el caso del ayunta de iturnendi, denunciado por poner ikurriña en fiestas a partir de fotos del balcón de una sociedad), fotografiar la gente presente en cualquier concentración, amenazas, multas por cualquier gilipollez, a eso cómo lo llamas? Vivo en la zona, sé de lo que hablo. Y tú?
#1 vuelve a marte.
#1 que bien, ahora podemos acusar de terroristas a manguis, a quien salga a la calle a protestar, a quien opine diferente, a ..... Mano de santo oiga, os está quedando un país de extraordinaria placidez.
Eso sí, a los hijos de pputa que están dejando así el país a defenderlos
#41
No han sido condenados por terrorismo.
Guarda tus lágrimas para otra ocasión.
Que ni actualizais vuestros lloros con la realidad
#43 que parte de "acusemos" no entiendes? O tampoco fueron acusados de terrorismo? El objetivo no es que te acaben condenando por terrorista, es que te pases 2 años en prision con esa espada de Damocles.
Por otro lado, la sentencia sigue siendo escandalosa, pero claro, entender estas hijoputeces no es para iletrados