Pauli insiste en que no habla de "fantasías", sino de "una realidad". En Japón, Australia y Canadá hay empresas que producen cemento imitando el proceso químico de las conchas, que crean sustancias análogas a las algas que bloquean las bacterias dañinas y barcos que, con el mismo sistema que las cucarachas, recuperan agua potable. Todo, con emisiones cero.